A.l.S/C.s. Valencia | viernes, 07 de febrero de 2014 h |

Aunque la presidencia de la SEC ha absorbido dos años de su vida, lo cierto es que Vicente Bertomeu nunca ha dejado su gran pasión: el deporte . Este cardiólogo reconoce haber perdido la cabeza en alguna ocasión por el windsurf y nos confiesa que el mejor sitio para practicarlo es Hawai.

Pregunta. ¿Se vive más cardiosaludablemente como presidente de la SEC o como expresidente?

Respuesta. Indudablemente siendo expresidente, pero no tanto como yo me pensaba. Realmente para los presidentes que no somos de Madrid supone un esfuerzo adicional. He tenido que viajar mucho y eso lógicamente te genera un desgaste.

P. ¿Ha habido un antes y un después?

R. Sí. El cargo te da una visión diferente de las cosas, la oportunidad de tener una serie de contactos, te obliga a trabajar en algunos aspectos que en el día a día no has desarrollado y desde luego te cambia la vida. En mi caso, por ejemplo, considero de gran importancia haber ampliado el número de CC.AA. que realizan angioplastia primaria, salvando a mucha gente.

P. Tennis, ciclismo, windsurf… Predicas con el ejemplo

R. No tiene mucho mérito. He hecho deporte toda mi vida y realmente es mi forma habitual de diversión.

P. ¿Cómo es un día ideal fuera de consulta para Vicente Bertomeu?

R. Levantarme por la mañana, hacer bici durante unas dos horas, luego desayunar, leer, descansar, estar con los amigos, a mediodía hacer windsurf y luego por la tarde leer y tomar algo con la familia.

P. Si hablamos de tennis ¿a quién e gustaría tener de rival?

R. A mucha gente, pero si tuviera que elegir, me gustaría pelotear con Nadal.

P. ¿Y con alguien del sector sanitario?

R. A los que me gustaría darles una paliza no te los voy a decir…

P. ¿Y si te pregunto por alguien con quien te gustaría subir el Tourmalet?

R. Me iría con Valentín Fuster.

P. Hablando de vueltas ciclistas, ¿en qué etapa dirías que te encuentras actualmente?

R. He terminado de hacer la contrarreloj individual y estoy ahora en una etapa de media montaña.

P. ¿Qué golpe de efecto necesita en estos momentos la sanidad española?

R. Que sean valientes los gestores y asuman la gestión clínica realizada por los clínicos.

P. ¿Qué tal sobrellevas los reveses de la vida?

R. Bien, porque soy optimista.

P. ¿Has tenido el corazón en un puño en tu vida profesional?

R. Sí, muchas veces. Los cardiólogos tenemos que enfrentarnos a situaciones muy complejas sobre todo cuando haces alguna técnica y tienes a algún paciente que está en una situación crítica y, dependiendo de lo que hagas, la evolución puede ser una u otra. Esto supone por una parte un estímulo para trabajar, porque si las cosas salen bien es una satisfacción inigualable y por otra parte es una responsabilidad. Cada vez se nos exige más y a mí me parece muy bien.

P. ¿Cuál es la botavara del SNS?

R. Los profesionales.

P. ¿Te gusta la novela histórica, si pudieras escoger un hecho histórico que vivir ¿cuál sería?

R. Me gustaría haber vivido el Descubrimiento de América, pero yendo allí con todo lo que eso supone.

P. ¿Alguna vez, subido sobre la tabla de windsurf, has pensado aquello de “me voy a donde me lleve el viento”

R. Sí y ya no vuelvo (risas). No, en general no huyo de nada. Sí es cierto que el mar te da una sensación de aislamiento y soledad que tiene un aspecto muy positivo. La soledad me gusta en dosis adecuadas.

P. ¿Consideras que hay marejada, marejadilla o un temporal en el SNS?

R. Hay temporal porque la crisis ha puesto sobre la mesa decisiones que hay que tomar y lamentablemente no se están tomando por parte de los políticos. La sanidad tiene mucha influencia y eso hace que muchas veces no se tomen las medidas por miedo.

¿Alguna vez te han robado el corazón? Solamente una.

¿Y roto? No, roto no.

Una canción que te llegue al corazón ‘I will survive’, de Aretha Franklin.

¿Tu mejor golpe de efecto? ¡Qué difícil! Ser un médico normal. La normalidad y la naturalidad.

Si tuvieras que elegir un avance en cardiología sería… El intervencionismo coronario

El secreto para un corazón sano es alimentación equilibrada, ejercicio y el trabajo y desde el punto de vista espiritual, la paz con uno mismo.

¿Y lo del estrés entonces? El estrés está sobrevalorado.