Mejorar la productividad de un país sin socavar los derechos laborales adquiridos por la ciudadanía solo tiene una salida: apostar por la innovación para proveer de valor añadido a los productos que se desarrollen. Bajo esta tesis, la ministra de Sanidad, Ana Mato, clausuró la II Conferencia Anual de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España (AmChamSpain), donde reconoció que “la innovación es uno de los motores del crecimiento económico y de creación de empleo de nuestro país, e innovar en salud es uno de los elementos clave del bienestar de los ciudadanos”.
La ministra lanzó varios mensajes tranquilizadores para el sector durante su intervención, en la línea de las demandas que la industria farmacéutica exige desde hace tiempo. Así, anunció la necesidad de crear un marco estable y predecible para poder llevar a cabo las inversiones, y se refirió a la línea extraordinaria de crédito de 35.000 millones de euros abierta para el pago a proveedores pendientes de cobro.
Durante el encuentro, el sector farmacéutico evidenció los problemas que, desde su punto de vista, aún quedan por solucionar. Así, moderada por la ex ministra de Ciencia e Innovación Cristina Garmendia, se celebró una mesa redonda en la que se dejó ver varias fracturas y algún punto de encuentro entre decisores e industria. Por ello, la necesidad de compartir riesgos en la innovación y desarrollo de nuevos fármacos fue uno de los asuntos que centraron el debate.
A este respecto, Elvira Sanz, presidenta de Pfizer, aseguró que “la financiación pública debe mantenerse porque la inversión de la industria en el desarrollo de nuevos fármacos es muy costosa y sin apoyo es imposible de acometer”. Asimismo, criticó que la crisis sirva de escudo para no invertir en innovación. “Que no se financien aeropuertos sin aviones, ni trenes sin pasajeros, entonces sí habrá dinero para innovación”, apuntó.
En la misma línea se manifestó Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, que se preguntó “cómo es posible que en España no se haya puesto en marcha una iniciativa público-privada para financiar a la innovación farmacéutica”. Para él, la respuesta a esta pregunta es la paradoja económica que se vive en el país. “Representamos la productividad más alta de España, con un 55 por ciento superior a la media, somos el quinto sector exportador del país y representamos el 21 por ciento de la inversión en I+D privada del país”, dijo, además de exigir “un apoyo igual al que se presta al sector financiero”.
Por su parte, Esteban Plata, presidente de Abbott, remarcó una de las peticiones más exigidas por el sector: un marco regulatorio estable. “El objetivo es transformar ciencia en salud de forma solvente y sin la existencia de una regulación transparente no habrá el retorno necesario de inversión”, aseguró.
Dentro de los decisores, Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, defendió su gestión al manifestar que “el dinero del contribuyente falta y en esta situación no es momento de nuevas inversiones”. Además, el máximo responsable sanitario madrileño lanzó un mensaje que no gustó a la industria: “Apostaremos por la receta por principio activo para sostener el SNS”.
Estas declaraciones obtuvieron la respuesta de Jordi Ramentol, presidente de Farmaindustria, que aseguró que “la innovación no interesa al país y, ahora, nos estamos alejando más que acercando”. Fernández-Lasquetty respondió: “Ahora no puede haber riesgo compartido porque no hay dinero del contribuyente”. Por su parte, Jesús María Fernández, viceconsejero de Sanidad del País Vasco, quiso tender puentes. “Tenemos una cantidad importante de recursos ociosos que podemos movilizar para atender a la Sanidad. No hay ningún escrito que diga que gastar más del 10 por ciento en sanidad es el abismo”, aseguró.
Protección a la innovación
Por su parte, el presidente de AmChamSpain, Jaime Malet, recordó que la finalidad de estos encuentros es “someter a reflexión la necesidad de apostar por una política pública y privada de investigación e innovación, además de debatir la forma de proteger más y mejor la propiedad que surge de la innovación, la investigación y la creación”.
A este respecto, cabe destacar que España se encuentra fuera, después de cinco años, de la Special 301 Report, lista en la que el Gobierno de Estados Unidos incluye a los países que no protegen los derechos de propiedad industrial e intelectual.
Pfizer alertó de que la ausencia de inversión en innovación se debe a una continua mala gestión de los decisores
Jordi Ramentol aseguró que “la innovación no le interesa al país”, y lamentó la ausencia de acuerdos colaborativos