A. c. Madrid | viernes, 21 de noviembre de 2014 h |

Aunque no está presente en muchos centros todavía, la enfermera gestora de casos es una figura fundamental para informar al paciente de su enfermedad, y por ende, evitar problemas a la hora de seguir un tratamiento farmacológico. Así lo explica Pilar Plaza Blázquez, enfermera gestora de casos de la Unidad Funcional de Mama del Hospital Universitario Puerta de Hierro, que participará en la mesa “Una visión integral de la adherencia: optimizar los resultados en salud” el próximo miércoles tres de diciembre, a las 11:00 horas durante el Congreso de Autocuidado 2014.

En concreto, en materia oncológica, la enfermera gestora de casos está descrita en la fase primera de diagnóstico y planteamiento de primeros los tratamientos, de manera que se da soporte a los pacientes. “En mi caso, que estoy en la atención en cáncer de mama, informo a las pacientes sobre el tratamiento y les ayudo a entender desde el principio qué enfermedad tienen, y a aceptarla. Les explico qué tratamientos le están proponiendo, sus posibles efectos secundarios y su manejo”, especifica al tiempo que señala que los pacientes son escuchados y entendidos y eso ayuda a la adherencia. Así, es fundamental que el paciente reciba la información en función de sus necesidades. Un punto también importante es anticipar los efectos secundarios para que los pacientes sepan que van a ocurrir y no dejen de tomar el tratamiento. “Siempre que necesiten ayuda puedan recurrir a nuestra figura para solventarlo y continuar”, aclara.

Por todo ello para la enfermera gestora de casos, trabajar la adherencia con los pacientes significa hacerles saber qué enfermedad tienen, qué tratamiento necesitan, y de esa manera darles herramientas para manejarla. Con todo, la adherencia va más allá que de la farmacológica, también es fundamental informar sobre los hábitos de vida que deben adoptar y seguir. “Hago un estudio individualizado de cada paciente, escucho a cada uno de ellos, veo cuáles son sus preferencias, trato de entender cómo él entiende la enfermedad. En función de ello establezco una estrategia de tratamiento y planifico las consultas”, detalla. A pesar de que en otros países como Estados Unidos o Inglaterra esta figura lleva años funcionando, aquí hay diferencias notables entre comunidades, por ejemplo Cataluña es una de las más avanzadas en este sentido. Para Plaza, la atención oncológica es tan compleja que los pacientes necesitan un espacio para poder aclarar sus dudas. En todo ello, es fundamental emplear tiempo, ya que los cambios de comportamiento al asumir las enfermedades requieren educación y tiempo suficiente para cada paciente. Además, a su juicio es necesario que todos los agentes que trabajan en la adherencia tengan una comunicación más multidisciplinar para que donde esté el paciente esté la atención. “Hace falta coherencia en la información”, concluye.