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El Servicio de Oncología y Hematología Pediátrica del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona se distingue por el sentimiento de pertenencia que tiene cada uno de los miembros del servicio médico, así como la capacidad de combinar el conocimiento médico con el cuidado de los aspectos humanos de los niños y sus familias, además de por su búsqueda continuada de la excelencia y la calidad. Una excelencia difícil de mantener en tiempos de crisis, si bien José Sánchez de Toledo, jefe del servicio, revela que en esta patología específica los recortes económicos no se han puesto de manifiesto. Sin embargo, las dificultades económicas sí tienen impacto en el día a día del niño con cáncer. “Continuamente estamos inventando cosas para dar respuesta a los problemas que nos presentan, porque cuando un niño enferma de cáncer, está enfermo él y su familia”, matiza el doctor.
Se trata de un equipo multidisciplinar en el que se aborda el soporte a niños y a las familias desde diferentes ámbitos, no solo puramente terapéutico. Como detalla Sánchez de Toledo, disponen de psicooncólogos que atienden a los niños y sus familias, así como un grupo muy importante de personas que desde el voluntariado realizan soporte desde el punto de vista lúdico. También, a través de las casas de acogida, intentan que las familias desplazadas puedan encontrar cerca del hospital una residencia que sea el “hogar fuera del hogar”, y promueven que los niños se mantengan constantemente activos intelectualmente. Para ello, cuentan con profesores y utilizan las nuevas tecnologías para que el niño mantenga el contacto con su colegio.
En cuanto a ensayos clínicos, el servicio tiene su propio grupo de investigación en cáncer infantil, centrado en los sarcomas de partes blandas, neuroblastoma, y en el trasplante de médula ósea.
El servicio es miembro muy activo del Registro Nacional de Tumores Infantiles, y también es uno de los tres hospitales españoles miembros de la Organización Europea de Terapias Innovadoras contra el Cáncer en la Infancia.
