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La directora del Servicio de Farmacia del Hospital Sant Pau invita a reflexionar sobre el precio de los errores
La automatización de los procesos de distribución de medicamentos facilita su reposición en farmacia
Cecilia Ossorio
Barcelona
El servicio de Farmacia de un hospital tiene que garantizar la custodia de fármacos y controlar su distribución. En esta tarea es imprescindible el soporte del departamento de seguridad y de ingeniería, y sirva de ejemplo el nuevo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, que ha organizado la estructura del servicio de farmacia de acuerdo a estos términos. Así lo explicó a GM Mª Antonia Mangues, directora del Servicio de Farmacia del citado centro, que pronunció la conferencia inaugural de las 8ª Jornadas Técnicas de Seguridad en Hospitales.
De esta forma, en el diseño “más primitivo” tuvieron que respetar de forma estricta la normativa antiincendio, aunque ello supuso eliminar puertas que hacían el servicio más funcional. Además, ahora tienen la farmacia abierta 24 horas todos los días del año.
En cuanto al uso de los medicamentos, Mangues destacó que realizan 2.500 preparaciones intravenosas quimioterápicas al mes. “Ahí hemos diseñado un entorno donde la preparación tenga las máximas garantías en cuanto a esterilidad y condiciones de conservación. Con ingeniería contamos con el mejor entorno posible, como quirófano con campanas de flujo laminar, vertical, horizontal, con juego de presiones… es realmente complejo”, detalló.
En este escenario, son muchas las amenazas, especialmente protagonizadas por los errores de medicación. “La no seguridad es carísima, más cara que la prevención. Hay que cambiar la mentalidad y aprender de los errores para que no se repitan”, declaró Mangues.
La mejor aportación en este campo ha sido la prescripción electrónica asistida, pues hay estudios que demuestran que pueden reducir los errores hasta en un 90 por ciento.
La automatización en los procesos de distribución es otro paso clave, especialmente de cara a los medicamentos de alto riesgo, como todos los citostáticos, las infusiones en pediatría, los narcóticos, los estupefacientes y los anticoagulantes. “Tenemos un almacén completamente robotizado y sistemas con máquinas dispensadoras ubicadas en algunas unidades de hospitalización conectadas a nuestro sistema informático, que sólo son accesibles a personal autorizado y permiten imputar por medicamento a cada paciente”, destacó la experta.