Los pacientes se decantan por la sanidad privada a la hora de acudir al especialista. El Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS) pone de manifiesto en el ‘Barómetro de la Sanidad Privada 2015’ que un 55 por ciento de los pacientes prefieren la atención especializada que ofrece el sector privado, frente a 19 por ciento que opta por el público. Ocurre lo mismo en los ingresos hospitalarios.
La tendencia es diferente en atención primaria. Un 46 por ciento se decide por el sistema público, frente a 28 por ciento que lo hace por el privado. En el caso de urgencias, un 37 por ciento se decide por un hospital público, frente al 32 por ciento con una opinión diferente.
El estudio del IDIS se basa en una encuesta realizada a 2.527 titulares de seguro de salud. Las conclusiones del informe ponen de manifiesto un año más que la sanidad privada se encuentra instalada en el notable a tenor del grado de satisfacción de sus usuarios. Un 79 por ciento de los encuestados valora con 7,4 puntos sobre 10 sus servicios. La nota que obtiene el sistema público es más discreta. La media se sitúa en 6,6 puntos y sólo un 54 por ciento le otorga una puntuación superior al siete.
Este nivel de satisfacción aumenta al tiempo que se incrementa su uso, hasta el punto de que un 86 por ciento de los encuestados podría recomendarla a sus familiares y amigos. “Quienes no han utilizado nunca la sanidad privada, asignan una puntuación media de siete puntos, frente a los 7,4 puntos que otorgan quienes la han utilizado hace más de un año y los 7,5 de quienes han acudido en el último año”, destacó el director general de IDIS, Manuel Vilches, durante la presentación del barómetro la semana pasada en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC).
Fortalezas
Entre los aspectos más valorados se encuentran la rapidez en ser atendido, en un 77 por ciento de los encuestados; el trato del personal sanitario del centro, en un 56 por ciento, y la información que recibe, en un 44 por ciento. La accesibilidad es una de las principales causas del alto nivel de satisfacción. En este sentido, los pacientes valoran el tiempo de espera para la realización de pruebas diagnósticas y la obtención de resultados, con un 7,5 de puntuación sobre 10; la facilidad para concertar una cita, con un 7,5, y el tiempo que tarda el médico en atenderle desde que pide la cita, con un 7,4.
El secretario general de IDIS, Juan Abarca, subrayó que la mejor prueba de satisfacción de los pacientes era que “en un 80 por ciento de los casos, funcionarios del Estado y militares se decantan año tras año por los servicios sanitarios privados”.
Tiempo de espera
La demora en la atención resulta cinco veces superior en la sanidad pública que en la privada. “El tiempo de espera desde que se solicita una cita para una prueba diagnóstica hasta que se realiza es de 7,5 días en la sanidad privada mientras que si el proceso se realiza en la sanidad pública es de 41,8 días”.
El informe también detecta diferencias en el caso de una intervención quirúrgica. Si en la sanidad pública el paciente debe esperar 77 días desde que el médico toma la decisión de operar, en la privada es de 18,2 días. En cuanto a la espera entre la solicitud de una prueba diagnóstica y la obtención del resultado asciende a 17,9 días en los hospitales gestionados por la administración y de 5,3 en el caso contrario.
El presidente de IDIS, Javier Murillo, destacó que el objetivo del informe era “identificar los principales aspectos de mejora del servicio prestado por la sanidad privada, con el fin de poder trabajar en ellos”.
86%
de usuarios asegurados
recomendaría tanto a familiares como amigos
la utilización de la sanidad privada anteuna intervención. En concreto, el ‘Barómetro de la Sanidad Privada 2015’ de IDIS pone manifiesto que un 22 por ciento de los entrevistados aconsejaría su uso seguramente, otro 34 por ciento probablemente lo haría y un 30 por ciento adicional puede que la sugiriera.
7,5
días
es el tiempo de espera medio en la sanidad privada para acceder a una prueba diagnóstica. La demora es cinco veces superior en la pública, donde el usuario debe esperar un promedio de 41,8 días. Estas diferencias resultan similares en intervenciones quirúrgicas (77 frente a 18,2 días) o en los resultados de las pruebas (17,9 frente a 5,2 días).