país vasco/ La sostenibilidad pasa por un cambio estructural alrededor de los crónicos
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josé garcía
Madrid
La sostenibilidad del sistema sanitario no va a venir de los recortes en políticas de recursos humanos o farmacia que las comunidades autónomas están acometiendo y acometerán en los próximos dos años, ni tampoco de introducir un copago —que País Vasco no descarta— en un sistema como el actual “que razona en términos de rescate de agudos y se lo traga todo”. La clave está en acometer un profundo cambio estructural alrededor de los crónicos, y empezar ya con ello. Además, hay que encontrar muchas eficiencias que no están en los recortes sino bloqueadas en el sistema.
Éste es el discurso que defiende el consejero de Sanidad vasco, Rafael Bengoa, que la semana pasada participó en un almuerzo de trabajo en Madrid organizado por Inforpress. Bengoa, que insta a desterrar el discurso tremendista de los recortes y colocar en un primer plano de la sanidad otro más constructivo y positivo, señala que “la lógica de un sistema de rescate no puede encajar con una demografía que necesita continuidad de cuidados. El sistema de salud necesita ofrecer a los crónicos esa continuidad de cuidados”.
Regiones como País Vasco, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla y León, y Castilla-La Mancha, junto con los médicos de familia y los internistas, ya perciben que hay que virar hacia ese concepto de lo crónico. “Hay mucho dinero y recursos escondidos y es ahí donde hay que ir”, precisa Bengoa.
Para el consejero vasco, el sistema sanitario público está atrapado en un modelo conceptualizado para los años sesenta o setenta que razonaba como medicina de rescate, incluida la atención primaria. “Eso hay que cambiarlo, esa fragmentación no le sirve a un crónico”, asevera Bengoa, que insta a que el sistema de salud acepte pasar por “el mayor test de esfuerzo” en los últimos 40 años a través de reformas estructurales. En su opinión, es necesario hacer funcionar a la atención primaria, la hospitalaria y los servicios sociales de forma no tan desfragmentada, concienciar a la población de que la enfermedad es suya y ayudarle a autogestionarla con sistemas de telecuidados y teleseguimiento, y prescribir, no sólo medicamentos, sino educación reglada en los centros de salud.
En País Vasco hay ahora en torno a 50 experiencias de integración de la primaria, la hospitalaria y los servicios sociales que vienen del ámbito clínico, destaca Bengoa, que considera que “las respuestas están abajo, la innovación y el desarrollo van de abajo hacia arriba y para ello cada vez hay más fondos”. El consejero también es partidario de trabajar más el conocimiento y la distribución del mismo que el ladrillo.
Sobre las medidas de control del gasto farmacéutico, apela a la necesidad de tender puentes con la industria farmacéutica a través de foros de discusión constructivos. También defiende la legalidad de las políticas de control de la prescripción implementadas en su región y anuncia la receta electrónica para todo el territorio en año y medio.