SEMICYUC

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| viernes, 20 de mayo de 2011 h |

M.R.

Madrid

Las unidades de cuidados intensivos (UCI) y, en general, los grandes hospitales españoles están actualmente preparados para ofrecer una atención sanitaria de calidad ante una catástrofe como el terremoto de Lorca (Murcia) o el atentado del 11-M de Madrid.

Así lo han asegurado los expertos durante la presentación del próximo Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), destacando los planes de emergencia de los propios centros —además de los nacionales o autonómicos— y los simulacros anuales como los grandes avales para afrontar acontecimientos inesperados de este tipo, aunque consideran que deben seguir formándose para estar preparados ante posibles nuevas amenazas.

Según José Eugenio Guerrero, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Gregorio Marañón de Madrid —de referencia en el 11-M— no existe “un antes y un después” del atentado en lo que respecta a la atención o los procedimientos, pero sí han aprendido aspectos organizativos y de distribución —por ejemplo, de las ambulacias— o sobre la información a los familiares, que debe salir fuera del recinto de Urgencias. Para Guerrero, el sistema español es casi capaz de atender de todo y, especialmente las UCI son áreas “excepcionales” que pueden duplicar sus camas y triplicar su plantilla en un corto espacio de tiempo.

En la misma línea, Cristóbal León, presidente de la Semicyuc, aludió al ejemplo de la gestión de gripe A que obligó a una atención sanitaria “sofisticada” —impensable hace 30 años— para la que estuvieron preparados pese a su “enorme gravedad”.