rocío Chiva Madrid | miércoles, 30 de abril de 2014 h |

En el último Congreso de la Asociación Europea del Estudio del Hígado (EASL), celebrado en Londres, se presentaron un total de 44 trabajos sobre los nuevos agentes antivirales de acción directa (DAAs) en el tratamiento de la hepatitis C (VHC) en terapias no combinadas con interferón (ITF) y 28 trabajos más con estos nuevos agentes en terapias no combinadas ni con ITF ni con ribavirina (RBV). Un volumen de trabajos que “duplicó prácticamente” el número de estudios presentados en el Congreso del año anterior, destacó Ramón Planas, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Germas Trias i Pujol, y que justifica la celebración de un evento como ‘Hepatoforum 2014’, celebrado en Madrid con el patrocinio de Roche.

Durante la jornada, Planas fue el encargado de presentar los estudios más relevantes en DAAs del 49º congreso EASL, los cuales dividió en dos grupos: por un lado, pacientes infectados por VHC de genotipo 1 (GT1), no cirróticos y o bien no tratados (naïve) o bien con fracaso al tratamiento previo y, por otro lado, pacientes con cirrosis tanto naïve como con fracaso al tratamiento previo.

En este primer grupo de pacientes no cirróticos, Planas destacó sobre todo los estudios Sapphire-I (pacientes naïve) y Sapphire-II (pacientes tratados previamente con ITF y RBV) que, combinando el inhibidor de la proteasa ABT-450, el inhibidor de NS5A ombitasvir y el inhibidor de la polimerasa dasabuvir asociados a RBV, ofrece una respuesta viral sostenida a las doce semanas de tratamiento (RVS12) en entre el 95 y el 98 por ciento de los pacientes, con una tolerabilidad que Planas calificó de excelente. Y también con una tolerancia parecida, este profesional subrayó las respuestas de entre el 93 y el 99 por ciento conseguidas con el tratamiento de 8 a 12 o 24 semanas con la combinación del inhibidor de la polimerasa sofosbuvir y el inhibidor de NS5A ledipasvir.

Unos resultados prometedores y observables además “en todos los escenarios posibles”, subrayó Planas, ya que también se presentaron muy buenas cifras de respuesta en el segundo grupo de pacientes cirróticos. En concreto, este profesional destacó el ensayo clínico Turquoise-II que, con la misma combinación de DAAs que la de los estudios Sapphire-I y Sapphire-II (ombitasvir, dasabuvir y ABT-450 asociados a BRV), obtiene respuestas de entre el 91 y el cien por cien con tratamientos de 12 o 24 semanas y con una tolerabilidad tan buena como la obtenida en pacientes no cirróticos en los estudios Sapphire-I y II.

Ya por último, Planas también destacó la combinación de dos moléculas (MK5172 y MK8742) que, asociadas o no a RBV, y administradas durante 12 o 18 semanas, obtienen respuestas del 97 por ciento. Unos datos especialmente importantes si tenemos en cuenta que, en pacientes con VHC en tratamiento con la triple terapia con boceprevir o telaprevir asociado a interferón pegilado y RBV y respuesta previa nula, los porcentajes de respuesta rondan el 20 por ciento.

Acceso a los DAAs

¿Y ahora qué? Porque una vez presentados estos datos y haber celebrado tasas de respuesta superiores al 90 por ciento, la realidad es que no existe acceso a estos medicamentos por el momento. Una barrera que Javier García Samaniego, hepatólogo del Hospital Carlos III y uno de los coordinadores de la jornada, cree que se debe al “respeto o temor” de los gestores sanitarios ante el impacto presupuestario que puedan tener estas medicaciones. Un temor que contrasta con los resultados publicados recientemente por una revista científica, en la que se aseguraba que “solo con tratar a un 10 por ciento anual de la masa de pacientes diagnosticados y no tratados, la carga de la enfermedad podría reducirse de aquí a 2030 en un 90 por ciento”, destacó García Samaniego, que también aprovechó para recordar que, al eliminar el virus, se elimina también la recurrencia de VHC tras un trasplante hepático.Y, como recordó, “el coste de un trasplante de hígado es el coste de ocho o diez tratamientos para la hepatitis C”.

De ahí que este profesional crea necesario que gestores, pacientes y clínicos se sienten a hablar, tal y como se ha hecho en Hepatoforum, para abordar el problema y desarrollar algún tipo de estrategia que permita el acceso a estos nuevos fármacos que, según él mismo vaticina, podrían llegar a España en el plazo de “uno o dos años” para empezar a tratar al menos a aquellos pacientes con una enfermedad hepática más avanzada. Y, mientras tanto, “no podemos dejar de tratar a pacientes con altas posibilidades de curación con las terapias actuales”, apuntó Planas, que señaló que así “menos pacientes avanzarán en su enfermedad y menos pacientes tendremos que tratar con estos nuevos medicamentos que, aunque más eficaces, son también mucho más caros”.