PIONERO/ Su servicio en el Hospital del Henares destaca por la validación transversal
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m. raspal
Madrid
El jefe del Servicio de Farmacia del Hospital del Henares, Federico Tutau, ha tomado el relevo de Esperanza Jiménez al frente de la vocalía nacional del Consejo General de Farmacéuticos (CGCOF), siendo la suya la única candidatura a sucederla. Extender la metodología de validación transversal implantada en su servicio de forma pionera (ver GM, nº 356) será uno de sus objetivos.
Pregunta. ¿Qué motivaciones le han llevado a presentarse para encabezar esta vocalía?
Respuesta. Dentro del entorno hospitalario, la figura del farmacéutico de hospital es muy valorada y nuestro trabajo es muy reconocido. En los últimos años son los médicos del hospital los que más están demandando nuestra integración en los equipos asistenciales. Considero que además de los cinco años de licenciatura, los cuatro años de formación en la especialidad nos convierten en un agente sanitario de máxima capacitación e imprescindible para garantizar el uso seguro y eficiente de los medicamentos en la atención especializada. Mi principal motivación es potenciar nuestro trabajo como miembros altamente cualificados integrados en los equipos multidisciplinares del hospital.
P. ¿Qué otros objetivos se plantea al frente de ella?
R. Entre ellos se encuentra el de tratar de potenciar y desarrollar una continuidad asistencial en la farmacoterapia del paciente. Potenciar una atención farmacéutica que tenga como pilar la conciliación de la medicación al ingreso hospitalario y al alta, promoviendo así una continuidad farmacoterapéutica en el paciente. Esto es independiente de si el profesional farmacéutico le atendió en la farmacia comunitaria o en el hospital, fomentando el vínculo entre primaria y especializada.
P. ¿Qué nuevos proyectos tiene en mente?
R. Es fundamental el apoyo de las nuevas tecnologías para realizar nuestro trabajo de la forma más eficiente. Por ello considero clave trabajar desde la vocalía de forma coordinada con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) que ha hecho una apuesta clara de desarrollo basándose, entre otras cosas, en las nuevas tecnologías, como se define en el proyecto 2020.
P. Su predecesora destacaba la dotación de recursos y la publicación del nuevo programa de formación de especialistas como los dos grandes temas a resolver, ¿qué otras cuestiones considera prioritarias para la profesión?
R. Coincido con la doctora Jiménez en la importancia de avanzar en esos asuntos y considero que nuestra profesión está creciendo y desarrollándose de una forma muy importante gracias a la elevada eficiencia de sus profesionales. Nuestra capacidad de actuación dentro del hospital es casi ilimitada, pero tenemos que avanzar en paralelo con las tecnologías que se van poniendo a nuestra disposición. El enorme desarrollo tecnológico que están experimentado los hospitales, facilitándonos el acceso a la historia clínica informatizada completa, incluyendo todas las pruebas complementarias, así como su historial en atención primaria, nos aporta tal cantidad de información que conlleva un elevado nivel de exigencia de la atención farmacéutica que debe recibir cada paciente. Por ello, y para optimizar nuestro trabajo, hemos de promover todas aquellas medidas encaminadas a extraer de ese conglomerado de datos sólo aquéllos que sean determinantes a la hora de realizar una intervención farmacéutica, garantizando así la máxima seguridad y el mayor beneficio posible para el paciente.
P. En un momento de crisis, ¿qué papel desempeña el farmacéutico de hospital en la gestión y sostenibilidad del sistema?
R. Como expuso el presidente de la SEFH, José María Poveda, en el último congreso de la sociedad, los farmacéuticos de hospital tenemos una triple condición de gestores. Por un lado, somos los gestores de los medicamentos —gasto que representa casi un 20 por ciento total del hospital—, además somos gestores de los procesos farmacoterapéuticos, garantizando que los pacientes reciben los fármacos adecuados, en el momento adecuado, en la dosis y en la forma adecuadas. Y por último, somos los gestores clínicos de la farmacoterapia, ya que analizamos los resultados de nuestra actuación y desarrollamos estrategias individualizadas encaminadas a obtener el máximo beneficio para los pacientes.
Esta triple vertiente gestora nos convierte, y así lo entienden los equipos directivos de los hospitales y en general las autoridades sanitarias, en unos profesionales con un protagonismo principal en cuanto a la toma de decisiones relacionadas con un elemento de importancia capital como es el medicamento.
También considero muy necesaria la puesta en marcha de acuerdos de riesgo compartido entre financiador y proveedor de forma que se ajuste la financiación de cada medicamento en función del beneficio que realmente aporta a los pacientes.