Psiquiatría

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| viernes, 28 de enero de 2011 h |

E. Sainz Corada

Madrid

Según la OMS, una de cada cuatro personas sufre trastornos de la conducta relacionados con las adicciones sin sustancia, entre las que se encuentran juego, compras, trabajo, sexo y, especialmente en los últimos años, las nuevas tecnologías.

“Se espera que este tipo de adicciones siga aumentando exponencialmente, pero también que se mejore su detección, en parte porque la sociedad tenga una mayor conciencia de su existencia y se creen unidades especializadas para su tratamiento”, dice Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Y es que su diagnóstico suele ser tardío y generalmente transcurren varios años desde que aparecen los primeros síntomas hasta que se realiza, pues el paciente no suele tener conciencia de enfermedad.

En cuanto al tratamiento, debe personalizarse en función del entorno y del tipo de adicción, siendo de vital importancia la entrevista clínica y el acuerdo terapéutico. Según Campayo, una vez que el paciente reconoce el problema, hay que tratar las enfermedades asociadas si existen (sobre todo depresión); reducir progresivamente el tiempo dedicado a administrarse el proceso; dar apoyo psicológico para modificar las causas que han llevado a la adicción; y pueden ser necesarias ayudas farmacológicas para facilitar su control.

“En casi todas las adicciones el tratamiento debe ser compartido por psiquiatras, psicólogos y médicos de familia, a fin de facilitar una atención integral”, apunta José Ángel Arbesú, coordinado de Salud Mental de Semergen. El abordaje en AP, continúa, se basa en la psicoterapia (la cognitivo-conductual es la más usada), y en aquellos que presentan ansiedad, depresión o un difícil control de impulsos se pueden emplear antidepresivos (sobre todo serotoninérgicos) ansiolíticos o antiepilépticos tipo topiramato.