Jornada/ La creación de departamentos específicos en la universidad, una prioridad de futuro para los facultativos

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Dolors Forés incide en que las competencias de la medicina de familia forman una disciplina independiente

Los facultativos defienden su aportación a la eficiencia del sistema sanitario como puerta de entrada al mismo

| 2010-04-30T17:47:00+02:00 h |

E.M.C.

Madrid

Los médicos catalanes quieren resolver, de una vez, un problema que ha compartido la medicina de familia española hasta hace poco con países como Francia, Suiza e Italia, donde la especialidad se considera ya una disciplina independiente en la universidad.

Ha sido una de las reclamaciones principales de los facultativos en el coloquio “Presente y futuro de la atención primaria”, celebrado en la Real Academia de Medicina de Cataluña, que por primera vez abría las puertas a la especialidad a alto nivel. Una prueba más de que la AP recupera el peso que merece en el sistema sanitario, a pesar de que en esta institución, tal y como reconoció su presidente, Jacint Corbella, todavía no haya ningún escaño para la atención primaria.

Disciplina universitaria

En este sentido, la presidenta de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic), Dolors Forés, reclamó que la especialidad tenga también “pleno derecho en la universidad”. Para ello, recordó que ninguna otra integra las seis competencias que aborda en su formación: el manejo clínico de la AP, la atención centrada en la persona, habilidades específicas para resolver problemas, enfoque global, orientación comunitaria y una visión holística. Por lo que considera que configuran claramente un área de conocimiento o disciplina independiente, al margen de medicina interna o medicina preventiva. Este reconocimiento es, en palabras de Forés, “la sabia que falta a los médicos de familia”.

Para Joan Gené Badia, profesor del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Barcelona, la aportación de la atención primaria al mundo universitario debería servir para “proporcionar una visión global del individuo dentro de una formación universitaria que ofrece una visión fragmentada de la persona”. Además, incidió en que las seis competencias básicas de la especialidad son, al mismo tiempo, esenciales para muchas otras.

A pesar de que la mayoría de conocimientos y habilidades para la práctica profesional se pueden aprender en la primaria, indicó, los estudiantes valoran las prácticas en este campo, pero eligen la medicina de familia. El argumento del profesor es que probablemente ni la sociedad ni la universidad la valoran adecuadamente.

Más que “simples porteros”

Por su parte, Ester Limón, médico de familia y directora del EAP Ronda Prim, planteó los retos de futuro en el ámbito asistencial. En su opinión, “la salud se ha convertido en un bien de consumo y, la sanidad, en un sistema regido por las leyes del mercado”. Limón ensalzó el papel de la primaria como puerta de entrada al sistema en la que los facultativos actúan como algo más que “simples porteros”, en la medida que distinguen la patología banal de la grave y aseguran la eficiencia del mismo.

En otro orden de cosas, Enriqueta Pujol, médico de familia de la Fundació Jordi Gol i Gurina, defendió la dedicación de los profesionales a la investigación en un área que ofrece grandes oportunidades, a pesar de las dificultades que supone para el facultativo, que echa en falta tiempo, coordinación e incentivos. Para seguir avanzando, apuntó, es clave mejorar la formación en metodología de la investigación, contar con infraestructuras de apoyo e incentivar la consolidación de grupos de investigación en atención primaria.