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Desde el punto de vista cuantitativo, los pacientes con patologías víricas son el grupo más numeroso entre los que requieren atención farmacéutica hospitalaria. “Esto ha llevado a los hospitales más desarrollados a crear consultas de atención farmacéutica monográfica atendidas por farmacéuticos de hospital especializados en estas terapias”, según afirma Luis Margusino, coordinador del Grupo de VIH de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
Desde el punto de vista de la terapéutica, es un campo en constante evolución , que requiere una actualización permanente del profesional de FH y su integración dentro de un equipo asistencial multidisciplinar.
El tratamiento antirretroviral y el de las hepatopatías víricas ha experimentado en los últimos años un desarrollo vertiginoso, lo que ha tenido a su vez un gran impacto a nivel asistencial y presupuestario. Arantza Ais, coordinadora del Grupo Ghevi de la SEFH, aseguró que “actualmente los medicamentos para el tratamiento de patologías crónicas dispensados por las Unidades de Pacientes Externos superan el 50 por ciento del gasto hospitalario anual en muchos hospitales”.
En este sentido, Marguisno precisó que centrándose exclusivamente en las patologías víricas VIH y hepatitis B y C, este porcentaje ronda el 15 por ciento del gasto farmacéutico hospitalario en un hospital general avanzado. Mientras que en hospitales medianos o más pequeños, considerados de nivel secundario o primario, puede ascender al 30 e incluso el 50 por ciento.
La cronicidad se ha convertido en algo normal en estos pacientes, por lo que adherencia terapéutica es el gran reto. También es cada vez más habitual que los pacientes estén coinfectados por los virus responsables del sida y la hepatitis. De hecho, en España hasta un 40 por ciento de los pacientes con VIH está coinfectado por el virus de la hepatitis C. Pero tanto en estos casos como en un paciente con una sola infección “la toma adecuada del tratamiento es clave, tanto para alcanzar el objetivo terapéutico como para prevenir problemas epidemiológicos derivados de la generación de resistencias del virus hacia los tratamientos disponibles“, admitió Ais.
Desde el punto de vista cuantitativo, los pacientes con patologías víricas son el grupo más numeroso entre los que requieren atención farmacéutica hospitalaria. “Esto ha llevado a los hospitales más desarrollados a crear consultas de atención farmacéutica monográfica atendidas por farmacéuticos de hospital especializados en estas terapias”, según afirma Luis Margusino, coordinador del Grupo de VIH de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
Desde el punto de vista de la terapéutica, es un campo en constante evolución que requiere una actualización permanente del profesional de FH y su integración dentro de un equipo asistencial multidisciplinar.
El tratamiento antirretroviral y el de las hepatopatías víricas ha experimentado en los últimos años un desarrollo vertiginoso, lo que ha tenido a su vez un gran impacto a nivel asistencial y presupuestario. Arantza Ais, coordinadora del Grupo Ghevi de la SEFH, aseguró que “actualmente los medicamentos para el tratamiento de patologías crónicas dispensados por las Unidades de Pacientes Externos superan el 50 por ciento del gasto hospitalario anual en muchos de nuestros hospitales”.
En este sentido, Marguisno precisó que centrándose exclusivamente en las patologías víricas VIH y hepatitis B y C, este porcentaje ronda el 15 por ciento del gasto farmacéutico hospitalario en un hospital general avanzado, mientras que en hospitales medianos o más pequeños, considerados de nivel secundario o primario, puede ascender al 30 e incluso el 50 por ciento.
La cronicidad se ha convertido en algo normal en estos pacientes, por lo que adherencia terapéutica es el gran reto. También es cada vez más habitual que los pacientes estén coinfectados por los virus responsables del sida y la hepatitis. De hecho, en España hasta un 40 por ciento de los pacientes con VIH está coinfectado por el virus de la hepatitis C. Pero tanto en estos casos como en un paciente con una sola infección “la toma adecuada del tratamiento es clave, tanto para alcanzar el objetivo terapéutico como para prevenir problemas epidemiológicos derivados de la generación de resistencias del virus hacia los tratamientos disponibles“, admitió Ais.