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Ni médicos ni microbiólogos de los hospitales españoles están lo suficientemente atentos a la posibilidad de la existencia de clostridium difficile, la primera causa de diarrea adquirida en hospitales y que en casos graves puede ocasionar la muerte. Ese es el mensaje que se extrae del Estudio Nacional sobre el Diagnóstico de esta bacteria, una iniciativa que tiene como objetivo evaluar la situación de esta infección en España.
Y es, según los resultados de este trabajo, dos de cada tres pacientes portadores se queda sin diagnosticar. Respaldado por la Sociedad Española de Quimioterapia el estudio —en el que han participado 118 hospitales con el Gregorio Marañón de Madrid como centro de referencia— pidió a todos los centros que enviaran una muestra de las heces que les llegasen durante un día así como el informe de las pruebas realizadas a las mismas, para poder repetirlas después. Una vez en destino se volvieron a analizar de nuevo todas ellas, y el resultado demostró que el laboratorio de origen no diagnosticó la presencia de la bacteria en el 66,3 por ciento de las muestras.
“Cuando miramos estos casos, descubrimos que el 47 por ciento de ellos no se diagnosticaron porque el clínico nunca había solicitado la prueba y que, en el 19 por ciento restante de casos, aunque se había pedido, no se había utilizado una técnica microbiológica óptima para detectar la bacteria”, precisa Emilio Bouza, jefe del Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del centro madrileño.
Por ello, el siguiente paso tras la realización del estudio es la creación del Grupo de Estudio de Clostridium difficile, por parte de los expertos participantes en el mismo, así como la elaboración de un documento de opinión para mejorar su detección hospitalaria.
Cambio de perfil
Porque lo que está claro es que se trata de una infección en claro aumento. Hasta ahora el perfil de la persona susceptible de sufrirla era el de un paciente de edad avanzada con otras enfermedades de base, hospitalizado y que recibe tratamiento antibiótico.
Pero otro de los resultados inesperados del estudio es que este patrón no lo cumplen ya más del 20 por ciento de los casos porque en este momento la diarrea por clostridium difficile está apareciendo en gente joven no hospitalizada, embarazadas o pacientes que han acudido al ambulatorio por un catarro, es decir, que no se han adquirido específicamente en un hospital.
“El estudio nos ha demostrado que prácticamente la mitad de los episodios registrados no eran de pacientes hospitalizados si no que no estaban en un hospital”, afirma José Prieto, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Clínico de Madrid. “Es una sorpresa por la magnitud del fenómeno”, asegura.
La constatación de este incremento fuera del perfil tipo ha hecho considerar doblemente importante estar alerta con esta infección. La causa de que pasen desapercibidos es, para este experto, “que se presente precisamente en un contexto poco común hasta ahora, poco estándar”.
Por eso, continúa, se va “a preconizar que la búsqueda de este patógeno se universalice a todas las muestras diarreicas que llegan a un servicio de Microbiología, lo pidan o no los clínicos, y que se utilicen las técnicas óptimas para detectarlo”, concluye.
También se va a crear un documento de opinión para disminuir el infradiagnóstico