Debates de actualidad

br

Implicación y eficiencia marcarán la renovación de la administración de los recursos hospitalarios, según especialistas, gestores y políticos

Apuestan por crear unidades de evaluación de coste-efectividad de los medicamentos y guías de práctica clínica para reducir la variabilidad

| 2011-06-03T15:44:00+02:00 h |

Adrián Alegre
Presidente Comisión Nacional de Hematología

”A la hora de controlar el gasto en los hospitales hay que implicar a los clínicos, concienciarles de lo que realmente tienen en sus manos y hacerles ver que tienen una gran responsabilidad en el mantenimiento de un sistema universal de gran calidad. Igualmente, es necesario mentalizar a los pacientes para que hagan uso responsable”.

José Luis Poveda
Presidente SEFH

“Hay que hacer un replanteamiento total del sistema. Aquellos que pueden determinar una modificación del sistema económico son los propios clínicos en la medida que incorporen sistemas cada vez más basados en la evidencia.Entre ellos, guías de práctica clínica enfocadas a la patología y a elementos económicos”.

Encarnación Cruz
Sanidad C. de Madrid

“En el entorno sanitario el coste de las decisiones clínicas ha sido el último eslabón a tener en cuanta a la hora de gestionar los recursos. Hay que tener presente que cualquier decisión clínica tiene un coste. Hay que concienciar a los clínicos para que actúen previo conocimiento del gasto de cada decisión y su repercusión en el hospital”.

Joaquín Mtnez
Director gerente Hospital 12 Octubre Madrid

“Es necesario profesionalizar la gestión de los hospitales. Si bien poco a poco se han ido implantando medidas, todavía podemos ser más eficientes. Y es que estamos ante un momento muy oportuno para emprender estas estrategias que, por otro lado, deben partir desde el consenso de todos los agentes que conforman el SNS”.

José L. García
Director médico de Celgene

“Desde la industria farmacéutica también consideramos que hay cosas que deben renovarse. Facilitarnos unas instrucciones en torno a las exigencias de coste-efectividad de los fármacos nos vale para dirigir nuestros planes de negocio e I+D. Y, en este momento de crisis, tenemos una gran oportunidad para salir reforzados”.

José Soto
Director gerente Hospital San Carlos de Madrid

“Es importante que los directivos pasen a ser dirigentes. Asimismo, es necesario informar de que la calidad de la salud depende de diversos factores como la economía, el medio ambiente, los estilos de vida o la biología genética. Entre ellos, si bien se encuentra la estructura del SNS, es el que tiene menos importancia”.

m.d.g.

Madrid

Dada la coyuntura socioeconómica y la información agregada obtenida tras la inclusión de las nuevas tecnologías en los centros sanitarios, la gestión de los recursos hospitalarios precisa de un proceso de transformación que, a través de medidas concretas, desemboque en una mayor eficiencia. Así lo pusieron de manifiesto los especialistas, gestores y políticos que participaron en un debate de actualidad titulado Decisiones clínicas y responsabilidades económicas en los hospitales de la Comunidad de Madrid, organizado por Contenidos e Información de Salud, empresa editora de GACETA MÉDICA, y que tuvo lugar recientemente en Madrid en la sede de la compañía.

El debate que se genera hoy en torno a la escasez de los recursos, su gestión en el seno de los centros hospitalarios, así como su influencia sobre las decisiones clínicas fueron los ejes de una reunión donde se volvió a denunciar que, a pesar de que se ha deliberado ya durante mucho tiempo, aún no se han abordado las reformas estructurales necesarias para hacer frente a la situación. Actualmente nos encontramos en un punto de inflexión ineludible para los agentes que conforman el sector.

Los expertos que participaron en el debate, provenientes del ámbito hospitalario, enumeraron los retos a los que se enfrentan los hospitales, e identificaron las actuaciones de obligatoria ejecución para garantizar una asistencia clínica de calidad, alineada con las exigencias que marca el actual Sistema Nacional de Salud (SNS), y dentro de la limitación presupuestaria impuesta por la actual coyuntura económica.

En este sentido, José Soto, director gerente del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, explicó que, a pesar de que la crisis de deuda que sufre España, pone en cuestión la solvencia del país, se debería “incrementar la financiación y reducir los gastos” sanitarios. Por ello, José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), afirmó que “la reforma e introducción de un buen modelo de gestión sanitaria es hoy más necesario que nunca”. Una renovación de la administración de los recursos hospitalarios que, según los expertos, tendrán que verse marcados por dos elementos clave: implicación y eficiencia.

Tal y como expresó Soto, “hay que darle una vuelta de tuerca al concepto de hipereficiencia”. Una reflexión apoyada por Encarnación Cruz, subdirectora de Compras, Farmacia y Productos Sanitarios de la Comunidad de Madrid, quien afirmó que “la eficiencia es un asunto de obligado cumplimiento”. Cruz apuntó en esta dirección y advirtió que “en ámbito público existe una menor conciencia económica”. Sin embargo —matizó—, “el entorno sanitario parte ya del uso responsable y eficiente, y conlleva un uso eficaz, seguro y a un coste asumible de las decisiones clínicas”. Además, en palabras de Cruz, “tenemos que saber que cualquier decisión clínica tiene una repercusión económica, y el problema es que no hemos sabido hacer llegar esa idea a los decisores”.

Entre las propuestas que los expertos plantearon y que recabó un amplio consenso está la asignación de una mayor responsabilidad a los profesionales médicos porque, según explicó Poveda, “son los que pueden determinar una modificación del sistema económico”. Por tanto, la figura del clínico se erige en clave en la administración y control del gasto sanitario por ser “los agentes del gasto”, tal y como aseguró Adrián Alegre, jefe del servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital de la Princesa de Madrid y presidente de la Comisión Nacional de Hematología y Hemoterapia (CNHH). En esta línea, Cruz añadió que “hay que hacer un esfuerzo por concienciar a los clínicos para que tomen las decisiones previo conocimiento del coste que supone cada una de ellas y su repercusión en el hospital”. Todo encaminado a conseguir “esa corresponsabilidad de los médicos”, concretó.

De la importancia de este aspecto se hizo eco también Alegre, quien se quejó de la poca implicación de este colectivo en la consecución de los logros de los hospitales y denunció la falta de herramientas de motivación con las que cuentan los altos responsables de los centros.

Asimismo, el presidente de la CNHH se congratuló de que “por primera vez se empiece a cuidar de forma especial la gestión de los recursos humanos dentro de los hospitales”. En este sentido, explicó que fruto de su experiencia como gerente conoce la necesidad de estudiar y cuidar aspectos de esta área encaminados a crear “actitudes” de implicación por parte del clínico. A ello se refirió, también, Joaquín Martínez Hernández, director gerente del Hospital 12 de Octubre de Madrid, quien apeló a una profesionalización de la gestión hospitalaria.

Formación y tecnología

En la misma línea, José Luis García, director médico de Celgene, que ofreció el punto de vista de los proveedores, identificó un ámbito más sobre el que, a su juicio, se debe incidir dentro de este colectivo: la formación. En su opinión, debe estar enfocada en dos direcciones: farmacoeconomía y gestión. Así, se quejó de que “como médicos nos hemos encontrado con estos retos, pero no tenemos formación”. Y explicó que “ésta, al final, corre por cuenta del propio clínico”, dejando la competencia en estas áreas a merced de su voluntad.

En definitiva, se debe replantear la figura de este agente del sistema sanitario quien, tal y como evidenciaron los expertos, pasaría a adoptar un papel especialmente relevante dentro de los centros hospitalarios. Así, la función de los clínicos no quedaría relegada a la asistencia sino que su labor se ampliaría hasta formar parte del órgano de gestión de los hospitales. Y es que “la implicación de los profesionales en la toma de decisiones es el camino”, añadió Poveda.

Ahora bien, una redefinición de las labores de los profesionales médicos no es el único especto sobre el que reflexionaron los expertos. A la hora de mejorar la eficiencia de la gestión de los recursos dentro de los hospitales, los participantes hicieron referencia al papel que juegan las nuevas tecnologías. Tal y como señaló Hernández, hay que promover la inversión en ellas “porque su retorno es muy importante” tanto en lo que se refiere a la práctica clínica como en lo relativo al tratamiento de la información. Además, su instauración optimizaría el reto anteriormente planteado: involucrar al profesional sanitario, haciéndole conocedor del coste de las decisiones clínicas.

Entre todos los temas tratados, si hay algo en lo que los expertos hacen especial mención como vía de contención del gasto tanto en los hospitales como dentro de todo el sistema sanitario es la exigencia que plantea el control del presupuesto destinado a farmacia. En este sentido, identificaron dos vías con las que optimizar el potencial de los recursos y reducir otra de las cuestiones altamente debatidas, la variabilidad. En primer lugar, los expertos hicieron un llamamiento orientado a crear unidades de evaluación de coste-efectividad de los fármacos. “No hemos fijado un tope en la coste-efectividad, ni hemos definido qué actores toman esas decisiones”, denunció Poveda. El presidente de la SEFH propuso la creación de un Comité de Utilidad Terapéutica que cuente con el apoyo de las 17 comunidades autónomas. Una idea a la que se refirió Cruz: “Presionemos para que se ponga en marcha”. No obstante, matizó, “las comunidades autónomas no tienen capacidad para hacer una evaluación rigurosa de todos los fármacos”, e insistió en que “la evaluación económica debe tener peso en la toma de decisiones que se refieren a la financiación y la fijación de precios”. Además, apoyó su idea con una referencia a la Ley de Garantías que, explicó, “ampara que no todos los fármacos tienen que ser financiados”.

Partiendo del mismo principio Poveda fue más allá y apostó por un avance hacia la personalización de la medicina, de tal forma que los protocolos y las autorizaciones evolucionen en línea con los perfiles de pacientes sobre los que la eficacia farmacológica tiene un mayor efecto. “No se trata de limitar la demanda, pero sí centrar el tratamiento de los fármacos al colectivo donde los resultados clínicos prueben que es más eficiente”, explicó y aclaró: “Esto es actuar segmentando, subagrupando y haciendo un uso racional”.

A la implantación de estas unidades se une el segundo aspecto identificado por los agentes para reducir la variabilidad: las guías de práctica clínica. Para los asistentes, estas hojas de ruta deben establecer los principios de actuación conforme tanto a los resultados clínicos como a los de coste-eficacia, delineando así el protocolo de actuación ante las diferentes patologías que, por otro lado, permitiría profundizar en la segmentación a la que hacía referencia Poveda.

Calidad y pacientes

Todas estas medidas van encaminadas a conseguir que las cuentas de los centros hospitalarios cuadren sin que se pierda un ápice de calidad asistencial. Siguiendo esta tendencia, Soto quiso ejemplificar lo que considera es un buen modelo de gestión hospitalaria, como es el que rige el 70 por ciento de las estructuras del Hospital de la Princesa de Madrid y que ya tiene resultados de eficiencia. En él imperan cuatro principios. En primer lugar, Soto aludió a que debe entrar en juego la voluntad de los dirigentes a la hora de traspasar responsabilidad a los clínicos, abandonando esa postura de “emperador”, una figura que, además, debe tener perfectamente delimitadas sus competencias. En segundo lugar, consideró imprescindible alinear el Plan Estratégico de la Unidad de Gestión Clínica con el Plan Estratégico del Hospital. Por otro lado, Soto se refirió a la inclusión de contratos de gestión que firmen todos los clínicos, y a una implantación de un programa de incentivos que promueva la concienciación con respecto a los riesgos, el valor del liderazgo y la recompensa al esfuerzo.

Desde fuera de los hospitales, Cruz se valió de la citada ley de Garantías para involucrar a otro agente del sistema sanitario: el paciente. “La ley dice que podemos fijar la participación ciudadana en el pago del medicamento en función de la innovación que supone”, instó. Y esta no fue la única forma que encontraron los expertos a la hora de hacer partícipes a los ciudadanos en este cometido. En este sentido, Alegre consideró que “los ciudadanos no están concienciados por el coste de la sanidad”. Sin embargo, recalcó que la “sociedad está lo suficientemente madura para saber que los servicios que hasta ahora han obtenido y que quieren seguir manteniendo conllevan un coste”, por lo que resaltó la importancia de hacer saber llegar esta preocupación a la población. “Si se especifica que el sistema corre peligro, los ciudadanos lo entenderían”, aseguró. No obstante, creen que asumir la responsabilidad de esta inexorable tarea topa con el debate y hacer político.

Revisión del SNS

Si bien todos compartieron la idea de que se necesita cambiar una parte sustancial del actual modelo de gestión en los hospitales, los expertos que participaron en el encuentro fueron más allá y pusieron en duda la viabilidad del funcionamiento del SNS, así como instaron a una necesaria revisión.

En esta línea, Hernández recordó que “la esperanza de vida está aumentando en nuestro país”, y continuó: “Mantener la calidad de vida durante más tiempo se paga, porque cuesta más”. Aunque los participantes defendieron la idea de que nuestro modelo, comparados con otros similares, “no es caro”, como dijo Hernández, “hay que revisarlo de arriba a abajo”. En este sentido, el director gerente del Hospital 12 de Octubre diferenció entre dos elementos. Por un lado, el grupo que él califica como elementos nucleares, o no modificables, y que engloba valores fijados por la Ley General de Sanidad de 1986 como la universalidad de la sanidad pública, una financiación y aseguramiento públicos, así como una equidad en el acceso a ésta y una atención integral. Y por otro lado, se encuentran los que tiene por instrumentales, que permiten cierta transformación, como por ejemplo, los sistemas organizativos y de gestión, o el sistema de financiación de las instituciones.

Respetando este esquema, la modernización del SNS pasaría por mantener los elementos nucleares que fijaba Hernández y modernizar los instrumentales. Una idea respaldada por el resto de participantes. Alegre expuso que “la calidad del modelo merece que nos planteemos su recreación”. Para ello, apostó por “hacer pequeños cambios en el sistema, retoques que no obligan a cambiar las bases del modelo”.

Un proceso que los expertos opinan no puede demorarse más. Y es que, consideraron, el coste político que podría suponer hace que se haya ido demorando con cada legislatura. Sin embargo, “no hay más vuelta de hoja”, concluyó Poveda.