Los avances en el campo de la oncología siguen en un incremento exponencial que abre nuevas vías para el abordaje de estas patologías. Sin embargo, a la hora de incorporar un fármaco a la cartera del Sistema Nacional de Salud surgen dudas sobre cómo establecer el balance entre innovación y sostenibilidad. Sobre este eje, el grupo Wecare-u realizó en Valencia un encuentro con expertos que contó con el apoyo de la farmacéutica Ipsen.
Uno de los puntos fuertes del debate fueron los informes de posicionamiento terapéutico (IPT). En general, esta herramienta fue evaluada por los expertos de manera bastante positiva, aunque todos resaltaron que hay ciertas lagunas que se deben resolver. Una de ellas es la falta de evaluación económica.
“Son documentos de un extraordinario valor pero deben ir hacia la evaluación económica”, ya que “para situar correctamente el fármaco, hay que evaluar desde el punto de vista de la eficiencia y también de la efectividad”, aseguró el jefe de la Sección de Farmacia del Hospital La Fe, Eduardo López y de quien Vicente Guillem, jefe del Servicio de Oncología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), recogió el testigo y añadió que pese a que a los clínicos lo que más les importa es la eficacia de los fármacos, estos han de ser eficientes, por lo que, aparte, de los ensayos fase III y de registros, “es necesaria una evaluación continua y continuada”.
En esta línea, Ana Lluch, jefa del Servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico Universitario, dudó de que en España exista capacidad para poder evaluar la eficiencia, en cuanto a costes económicos, de los medicamentos.
Si bien los expertos urgieron a que se diese un salto desde la eficacia hasta la efectividad, el director General de Farmacia y Productos Sanitarios de la Conselleria de Sanitat, José Luis Trillo, precisó que ese salto no debería darse solamente en la sección de las alternativas terapéuticas en base al coste-efectividad, sino también respecto al impacto presupuestario que esos tratamientos tienen sobre la población. En cualquier caso, apostilló, “si el IPT no incluye la valoración económica, no está completo”.
Una ayuda para conseguir equidad
Aunque estos informes se perfilan como un instrumento que podría contribuir a la existencia de una mayor equidad entre autonomías, hoy en día, el panorama es bastante heterogéneo. Además, los asistentes coincidieron en que su aplicación ha sido positiva en el caso de la Comunidad Valenciana donde hay comisiones que intentan adecuar el IPT a la práctica clínica, ayudando a que haya un “acceso uniforme”, describió Lluch.
El presidente de la Fundación ECO, Carlos Camps, aseguró no tener constancia de que se estuviesen produciendo desigualdades en el acceso, ni prohibiciones a la hora de utilizar determinados fármacos, “pero sí retrasos en la incorporación de la innovación, tal y como indican las propias cifras de la Aemps y las que facilita Farmaindustria”. “El retraso en la emisión de estos informes y el retraso de algunas valoraciones en algunas CC.AA. es uno de los problemas más importantes”, apostilló.
Al respecto, López puso el acento en la necesidad de dotar a la Aemps de un “cuerpo de evaluadores” que acorten los tiempos e incluso empiecen a evaluar antes de que se tenga el informe de la EMA. Esta estructura oficial ayudaría además, según Guillem, a disminuir la variabilidad metodológica que existe entre los informes.
Al hilo de este argumento, Trillo puso de manifiesto que los IPT en la Comunidad Valenciana funcionan de “una forma razonable, con sentido común, cada vez con más transparencia” y, a corto plazo, ayudan a “que haya más equidad”.
Asimismo, Antonio Llombart, jefe del Servicio de Oncología Médica, del Hospital Arnau de Vilanova hizo hincapié en que estos informes “ayudan mucho”, pero hay que tratar de que su aplicabilidad se regule a nivel autonómico y haya un compromiso por parte de todas las comunidades autónomas “para que se extienda a todos los niveles de la administración”.
En este punto, Camps subrayó que contar con 17 autonomías “es un bien muy preciado”. “Las transferencias en sanidad llevan muy pocos años, por lo que estamos aprendiendo a trabajar”, dijo, mientras precisaba que la solución no pasa por la centralización, sino por perfeccionar lo que ya se tiene.
Finalmente, Lluch mencionó que la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y varios grupos cooperativos luchan para que se consiga mayor equidad en todo el territorio nacional y resaltó el valor de los IPT, en cuanto al intento de conseguir dicho objetivo.
José Luis Trillo, director gral. de Farmacia Conselleria de Sanitat
Las nuevas indicaciones suponen una oportunidad más a la hora de que los clínicos puedan utilizar fármacos”
Eduardo López, jefe de Sección
de Farmacia del Hospital La Fe
Pese a que existen deficiencias, tenemos un sistema sanitario del que podemos sentirnos orgullosos”
Carlos Camps, presidente
de la Fundación ECO
Uno de los problemas más importantes es el retraso en la emisión de los IPT y la introducción de las valoraciones en las CC.AA.”
Vicente Guillem, jefe del Servicio de Oncología del IVO
La idea del IPT es fantástica pero su desarrollo no tanto, porque no hay uniformidad en su estructura y algunas CC.AA. no los aceptan”
Ana Lluch, Hospital Clínico Universitario de Valencia
Teníamos grandes esperanzas en que los IPT diesen a los pacientes un acceso equitativo a los medicamentos”
Antonio Llombart, Hospital Arnau de Vilanova, Valencia
El SNS no ha definido bien la innovación desde el punto de vista de la sanidad. Mientras no se haga, habrá inequidad”
Lo más valorado por los clínicos es la eficacia de los fármacos pero ésta ha de estar acompañada de la eficiencia
Las transferencias en sanidad llevan pocos años pero son “un bien muy preciado” con el que hay que aprender a trabajar