Inmunología/ Propuestas para 2010 de la Asociación Española de Pediatría
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La medida, adoptada en el último CI, pretende unificar los 19 actuales
Varicela, neumococo, así como las edades y las dosis son algunas de las diferencias
E. S. Corada
Madrid
El último Consejo Interterritorial (CI) del Sistema Nacional de Salud anunció la adopción de un calendario vacunal único para toda España como medida prioritaria, una iniciativa valorada de forma muy positiva por la Asociación Española de Pediatría (AEP), que ha criticado durante años el modelo actual. Y es que a día de hoy existen 19 calendarios diferentes de vacunación infantil en nuestro país, uno por cada comunidad y las dos ciudades autónomas.
“Uno de los objetivos de nuestra sociedad es lograr la unificación del calendario basado en los principios de equidad y de racionalidad. Resulta incomprensible que existan opciones de vacunación distintas en función de que se viva en una u otra comunidad y, sobre todo, considerando que no hay diferencias epidemiológicas en la incidencia de las patologías que justifiquen los 19 calendarios”, afirma su presidente, Serafín Málaga. Sin embargo el problema que surge es cuál será el que finalmente se apruebe, si éste supondrá la pérdida de cobertura por parte de alguna autonomía o qué repercusión tendrán estas medidas en la población infantil.
Josep Marés, coordinador del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la AEP, considera que “el calendario unificado debería incluir como mínimo las vacunas sistemáticas”. Así, se incluyen como inmunizaciones sistemáticas, aquellas que el comité considera que actualmente todos los niños deberían recibir de forma universal: la de la hepatitis B, difteria, tétanos y tos ferina, poliomelitis, Haemophilus influenzae tipo B, meningococo C, neumococo, sarampión, rubéola y parotiditis y frente al papiloma virus (ver tabla).
Respecto a la gripe y hepatitis A, se aconseja únicamente en los grupos de riesgo: niños que pueden desarrollar formas graves, complicaciones o mayor mortalidad de la enfermedad (caso de la gripe) y aquellos que vayan a viajar a países con endemicidad intermedia o alta, residentes en instituciones cerradas y receptores de hemoderivados de forma reiterativa (hepatitis A).
En la actualidad la mayoría de las CC.AA. recogen estas recomendaciones, excepto la del neumococo, tan sólo administrada gratuitamente en Madrid. Y es que entre las principales diferencias habidas en los calendarios autonómicos destaca fundamentalmente esta comunidad, donde además están incluidas de forma gratuita la vacuna hexavalente así como la de la varicela antes de los 12 meses (también en Navarra). Además, no se administran de igual forma en todas las CC.AA. y varía el momento de la inmunización en edades y dosis.
También desde el CAV se considera que “ha llegado el momento de ampliar el calendario e incorporar vacunas aún no establecidas de forma universal en nuestro país”, sostiene Javier Arístegui. Tal es el caso de la de “la varicela de forma universal y el rotavirus en una fase posterior”, explica.
Miedo a la inmunización
Con todo, España cuenta con unas tasas de vacunación infantil muy elevadas que alcanzan en torno al 95 por ciento. En general, existe una conciencia muy desarrollada sobre el importante papel de las vacunas y su gran eficacia. Sin embargo, algunas personas siguen siendo reacias a su utilización y piensan que es más beneficioso para sus hijos no inmunizarlos.
Casos como los del año pasado con la del VPH Gardasil, o el más reciente de rotavirus (la Agencia Española del Medicamento advirtió la semana pasada a los profesionales sanitarios de que no se debía usar la vacuna Rotarix de GSK tras haberse detectado fragmentos de un virus porcino en dos lotes distribuidos en EEUU) alimentan esta creencia.
“Diversos estudios apuntan que detrás de la decisión de no vacunar a un hijo hay generalmente miedo a que la inmunización cause un efecto secundario grave”, dijo Diego van Esso, miembro del CAV durante las Jornadas de Vacunas que la AEP celebró en Málaga. Las fuentes en las que se basan muchas de estas personas presentan la información de una forma sesgada y parcial. Por ello, “los especialistas debemos trasmitir a la familia la información objetiva sobre la seguridad de las vacunas que aconsejamos, con una actitud dialogante y respetuosa para hacerles ver el riesgo que corre su hijo”.