Día Mundial de la Diabetes
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Redacción
Madrid
Fue en el año 1985 cuando se puso en el mercado el primer dispositivo inyectable de insulina en formato pluma. Esto no sólo ha supuesto un gran avance en la calidad de vida de las personas con diabetes, ya que dejan a un lado las jeringuillas y la incomodidad que representan, sino que además permite un mayor control terapéutico.
Desde entonces, el progreso de estos dispositivos de administración ha sido continuo y hoy, 25 años más tarde, existe una gran variedad de plumas y bolígrafos de insulina que se adaptan a sus necesidades incorporando en estos años mejoras como la dosificación por unidades, entre otras.
“Las plumas ya están dosificadas e incluso en algunas vienen hechas las mezclas, por lo que es difícil que los pacientes cometan errores que antes eran frecuentes”, asegura. Igualmente, el diseño de estas plumas está pensado para evitar confusiones entre la insulina de acción rápida y la de lenta por lo que “es mucho menos probable que se puedan intercambiar e inyectarse una en lugar de la otra”, cuenta Eloisa González, enfermera del Hospital Universitario de Guadalajara.
314 millones de unidades
También para los profesionales sanitarios han supuesto un avance fundamental a la hora de realizar su trabajo. “Es mucho más sencillo explicarle ahora al paciente cómo debe administrarse la insulina con la pluma”, continúa. Y es que hasta mediados de los ochenta, la jeringuilla había sido el único método de inyección utilizado. Se estima que cada día se administran 314 millones de unidades de esta hormona, lo que supone más de 115.000 millones de dosis al año.