farmacia/ El listado provisional de los medicamentos de diagnóstico hospitalario, al que ha tenido acceso GM, afectaría a 61 principios activos
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C.R. / C.A. / A.D.
Madrid
El listado de medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) que dejarán de dispensarse en las farmacias para hacerlo en los hospitales, tal y como se recogía en el Real Decreto Ley 4/2010 incluye 61 principios activos. Al menos así consta en la versión del documento que las comunidades autónomas manejaban hace poco más de una semana, al que ha tenido acceso Gaceta Médica. El documento no es ni mucho menos definitivo. Quienes trabajan en él, el ministerio y las consejerías de Sanidad, todavía lo ven muy verde. No obstante, deja claras algunas cosas para el sector: más allá de las evidentes implicaciones económicas, supone un cheque en blanco para futuras salidas que pueden abrir un cisma competencial entre las oficinas de farmacia y los farmacéuticos hospitalarios.
A estas alturas, la Dirección General de Farmacia estudia las diferentes propuestas de las comunidades autónomas. Y aunque hay quien todavía confía en que la versión definitiva podría estar lista durante julio, otras fuentes aseguran que el proceso podría demorarse hasta finales de año, ya que no sería definitivo hasta septiembre u octubre. Las mismas fuentes confirman además que tampoco habrá una norma legislativa que publique toda la lista de productos afectados, sino que se harán procedimientos individuales con las compañías, a las que les será permitido presentar alegaciones.
¿Justificación sanitaria?
Oficialmente, el listado nace con la intención de homogeneizar la situación que se creó tras la decisión unilateral de varias comunidades de sacar de la farmacia, por razones sanitarias, diversos medicamentos para su dispensación hospitalaria. Pero extraoficialmente, el carácter económico del listado no pasa desapercibido. “Sin ese perfil económico, seguramente estos fármacos no se habrían incluido en el ámbito de la dispensación hospitalaria”, reconoce José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
Ahora bien, la perspectiva economicista es superada por un posible conflicto competencial entre farmacéuticos. “No es una cuestión de rentabilidad o no. De hecho, en algún caso puede ser hasta conveniente no tener alguno de esos productos en la oficina de farmacia. Se trata de quitar a la farmacia una competencia a la que no estamos dispuestos a renunciar”, dice Fernando Redondo, presidente de FEFE.
Poveda muestra la otra cara de la moneda. “Preferimos abordar la mejora y el seguimiento de los pacientes desde el punto de vista del aumento de competencias y la integración del farmacéutico de hospital en los equipos multidisciplinares”, asegura, a pesar de las consecuencias que va a tener para el colectivo esta medida. Los datos que maneja la SEFH indican que, en las comunidades que han incorporado alguno de estos fármacos, las farmacias hospitalarias han pasado de atender de 5.000 a 7.000 pacientes. “Han supuesto un importante aumento, que podemos cifrar en el 30 ó 40 por ciento según hablemos de número de dispensaciones o número de pacientes”, añade Poveda.
La SEFH cree por ello que las comunidades deberían habilitar procedimientos para mejorar las estructuras de los servicios de farmacia hospitalaria, y aumentar asimismo el número de farmacéuticos de hospital.