Juan Pablo Ramírez Madrid | viernes, 08 de julio de 2016 h |

La comunidad científica ya ha expresado su temor por el impacto del Brexit en el sistema de I+D+i de la Unión Europea. Incluso antes de la votación del referéndum, la Royal Society, la sociedad científica más antigua del país, emitió tres informes para advertir de los riesgos que conllevaría la salida de la UE.

Más allá del impacto en el sistema europeo, la decisión de la población británica también afectará a las relaciones con los estados miembros. Entre 2005 y 2014, el 37 por ciento de las 1,6 millones de publicaciones de los investigadores británicos se realizaron en colaboración con colegas de otros países. España es el séptimo país de este ranking que lidera Estados Unidos. Un tres por ciento de los trabajos publicados por científicos británicos contaron también con la firma de con investigadores españoles. El porcentaje es mayor en nuestro país. El 7,4 por ciento de las publicaciones de españoles se cofirman con compañeros de Reino Unido. En este listado entre Estados Unidos y España se sitúan otros cuatro países de la UE —Alemania, Francia, Italia y Países Bajos— y Australia.

La Royal Society advierte de que el nivel de colaboración se ha incrementado en los últimos años. “Cuando los investigadores que trabajan en Reino Unido publican sus trabajos en colaboración internacional suman un mayor número de citas que cuando lo hacen en solitario”, añade.

Menor liderazgo

Este liderazgo podría perderse si Reino Unido abandona la UE. Entre las mayores preocupaciones de la sociedad científica no solo se encuentran la reducción de fondos procedentes de la Unión Europea, sino también la pérdida de decisión de Reino Unido en la planes europeos de I+D+i. “Cualquier cambio en la adherencia de Reino Unido al principio de libertad de trabajadores de la UE podría afectar de manera adversa en sus idoneidad para formar parte de la estrategia de fondos para investigación, como ha ocurrido en Suiza”, según se añade en el texto.

En la actualidad, Reino Unido es el segundo receptor de fondos para I+D+i en la Unión Europea. En la actualidad el país británico aporta más fondos de los que recibe, pero la inversión entrante juega un papel significativo. Gran parte de esta cantidad se destina a las universidades, “que han visto como sus ingresos aumentaban ligeramente, a pesar de experimentar una caída de la inversión procedente del Gobierno británico”. El descenso de los presupuestos en I+D+i se han podido compensar gracias a la participación en los programas marco de la UE y el sector privado.

El informe no hace referencia a la evolución económica del país pero si finalmente se confirma el Brexit, Reino Unido entraría en recesión, como han advertido diferentes bancos de inversión y el propio Tesoro británico antes de que se llevara a cabo la votación. La consecuencia de este nuevo escenario podría ser una rebaja en las partidas destinadas no sólo a sanidad y educación, sino también a investigación.

Reino Unido es en la actualidad uno de los principales contribuidores netos de la Unión, lo que le convierte al mismo tiempo en uno de los principales receptores de fondos, incluido la I+D. En concreto, ha recibido entre 2007 y 2013 un total de 8.800 millones de euros para I+D+i, mientras que ha aportado para este área en el mismo periodo 5.400 millones de euros. Su contribución global asciende a 77.700 millones de euros, mientras que ha recibido en conjunto 47.500 de euros.

De estos 8.800 millones de euros, el 78 por ciento procede del Séptimo Programa Marco de la Unión Europea, mientras que el resto son fondos estructurales. Esta cantidad sitúa a Reino Unido como el segundo receptor de ayudas en I+D+i, solo superado por Alemania, que ha recibido algo más de 9.000 millones de euros. Lo informes no hacen referencia al Horizonte 2020, que tras dos años de convocatoria, mantiene al país anglosajón como segundo destinatario de ayudas.

La preocupación par la salida del Reino Unido ha sacudido todos los frentes de la Unión Europea. La Alianza Europa de Salud Pública (EPHA, por sus siglas en inglés) ha emitido un comunicado en que el que advierte de que a pesar del Brexit continuará colaborando con todos sus socios. “Tenemos todavía la obligación y el privilegio de trabajar juntos”, según ha explicado su secretaria general, Nina Renshaw. Ante esta situación Renshaw insiste en que “Europa es más que un conjunto de instituciones o un mercado interno, es un continente, es una historia común, es un reconocimiento a que debemos trabajar juntos para proteger a la gente y sus derechos”.