Del 54 por ciento de supervivencia en cáncer en 1977 al 66 por ciento de 2004. Unos datos, publicados ya en 2009 por la Sociedad Americana de Cáncer (ASC, en sus siglas en inglés), y que Eduardo Díaz-Rubio, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico, atribuye a los importantes avances que se han ido produciendo en el campo de la oncología desde la aparición de la quimioterapia clásica en 1960 hasta la descripción del genoma en 2001 y la investigación posterior del quinoma (el estudio de las proteínas que producen los genes).
Pero todavía queda mucho por hacer en una enfermedad “provocada por de dos a ocho a mutaciones y que afecta a unas 12 vías de señalización”, advierte Díaz-Rubio que, citando a Garraway, cree que todavía estamos en el camino hacia una medicina personalizada que, por el momento, podríamos calificar “de precisión”. Un camino que, según Ramón Estiarte, director médico de Bayer, no será posible recorrer sin la colaboración de las compañías farmacéuticas con grupos de investigación tanto a nivel nacional como internacional.
Precisamente gracias a esta transferencia de conocimiento, Bayer tiene actualmente en investigación moléculas como copanlisib o refametinib. La primera de ellas, un nuevo inhibidor de la vía PI3K, se encuentra actualmente en un ensayo clínico en faseII para el tratamiento de linfoma no Hodgkin y se espera poder pasar a fase III en 2015. Además, Estiarte también espera poder investigar la eficacia de esta molécula en cáncer de mama o hepatocarcinoma.
En cuanto a la segunda molécula, refametinib, un inhibidor oral de MEK, ha demostrado actividad antitumoral en hepatocarcinoma, carcinoma colorrectal, cáncer de páncreas y carcinoma pulmonar de células no pequeñas. De todas estas posibles indicaciones, actualmente se encuentra en estudio para el tratamiento de hepatocarcinoma (HCC) no resecable avanzado o metastásico la combinación de refametinib con otra molécula, sorafenib, ya comercializada para carcinoma avanzado de células renales (2005), carcinoma hepatocelular (2007) y cáncer diferenciado de tiroides resistente a yodo reactivo (segundo semestre de 2013). De momento, la combinación ha demostrado controlar la enfermedad en un 45 por ciento de los casos e incluso en tres pacientes con mutación RAS se observó una respuesta parcial de larga duración, una línea en la que están centrados ahora.
Además de sorafenib, Bayer ha comercializado también recientemente regorafenib y dicloruro de radio 223.