Vascular/ Podrían beneficiarse pacientes con otras patologías como, por ejemplo, con válvulas artificiales o con alto riesgo de trombosis ligada a cáncer

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Hay estudios en marcha que finalizarán en 2011 y 2012 con varias moléculas y los resultados apuntan a que habrá alternativas a la warfarina
| 2011-07-01T19:08:00+02:00 h |

José García

Enviado especial a Berlín

Después de que el anticoagulante oral dabigatrán —que comercializará como Pradaxa la compañía alemana Boehringer Ingelheim— demostrara superioridad a la warfarina (tratamiento de referencia) en la reducción del riesgo de ictus y embolismo sistémico, y hemorragias independientemente del índice internacional normalizado (INR), la comunidad científica de toda Europa espera ahora resultados similares de este inhibidor directo de la trombina para otras indicaciones, por ejemplo, pacientes que llevan una válvula artificial mecánica en el corazón, pacientes con alto riesgo de trombosis venosa ligada a cáncer, o aquellos que han sufrido un embolismo pulmonar por diferentes causas.

“Hay estudios en marcha que finalizarán a lo largo de este año y el próximo, pero aún no se tienen datos clínicos definitivos. Hay varias moléculas que se están investigando, y todo parece indicar que los resultados serán similares a los obtenidos en fibrilación auricular, pero en Medicina hay que demostrarlo”, ha señalado con prudencia a GACETA MÉDICA Antoni Martínez Ru-bio, jefe del servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Sabadell, que participó en Changing the world for the better, un evento científico organizado por Boehringer Ingelheim que reunió en Berlín a especialistas de Canadá, Alemania, Reino Unido, Italia y España.

Según expuso Martínez Rubio, hay una gran diferencia entre dabigatrán y el resto de anticoagulantes orales nuevos que es la diana terapéutica que utiliza, el primero inhibiendo el factor IIa o trombina, y el resto inhibiendo el factor Xa de la cascada de la coagulación. “Las compañías han planteado estrategias de diseño farmacológico diferentes, y aún no se saben los datos clínicos que se obtendrán de los últimos”, indica el especialista español.

Ahora bien, lo que ya es una evidencia para la comunidad científica es que este novedoso inhibidor de la trombina (dabigatrán) proporciona una mayor efectividad y seguridad en dos dosificaciones (110 y 150 mg), y es la alternativa más conveniente a warfarina en pacientes con fibrilación auricular, además de reducir el sangrado intracraneal. Así lo avalan los resultados del estudio RE-LY, que volvió a recordar uno de sus investigadores principales, el canadiense John Eikelboom, del Departamento de Epidemiología de la Universidad McMaster de Hamilton. En la misma línea, Harald Darius, del Departamento de Medicina Interna del Vivantes Klinikum NeuKölln de Berlín, aseguró que dabigatrán reduce el riesgo de mortalidad vascular de manera significativa y tiene la misma eficacia tanto en prevención primaria como secundaria. Martínez Rubio añadió que su acción es muy rápida, lo que facilita al médico iniciar y parar el tratamiento, y al paciente, beneficiarse de ese efecto inmediato y bloquearlo cuando así lo requiera.

Calidad de vida

Además, según expuso, hay ventajas “que se subestiman” para el paciente relativas a facilitar su calidad de vida. “El paciente evita desplazamientos al hospital para hacerse los controles rutinarios, se ahorran costes ligados al control crónico de la coagulación, y apenas hay interacciones con otros medicamentos y alimentos”, indicó Martínez-Rubio, y añadió que “ya hay estudios de coste-efectividad en Canadá, y las guías canadienses recomiendan usar dabigatrán antes que warfarina”. En este sentido, animó a “no fijarse en el coste pastilla vs. pastilla sino en el coste de una estrategia de tratamiento frente a otra”.