Redacción/ Barcelona | jueves, 13 de junio de 2013 h |

Conseguir frenar el envejecimiento e incluso rejuvenecer el organismo es lo que ha conseguido hacer con ratones el grupo de trabajo que dirige la científica española Ana María Cuervo, del Instituto de Estudios del Envejecimiento del Albert Einstein de Nueva York. Según han presentado en el 55 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), a través de la manipulación genética y mediante una técnica que limpia las proteínas defectuosas de las células ha permitido a ratones ancianos tener el hígado de la edad de una adolescente. “Si lo comparamos con humanos, es como si un hígado de 80 años funcionase como si tuviese tan sólo 20”, explica Cuervo.

Según la investigadora, desde hace tiempo se sabe que con la edad las proteínas dañadas se acumulan en las células. Pero no se sabía si eso era causa o consecuencia del envejecimiento. Ahora, mediante la manipulación genética en ratones se ha conseguido mantener los niveles de una proteína implicada en limpieza celular constantes durante toda la vida del ejemplar.

Esta proteína permite discernir dentro de una célula lo que es basura de lo que no, y por ello se perfila como una proteína clave en el envejecimiento celular, según ha explicado la investigadora, ya que con la edad los niveles de esta proteína bajan y reducen la capacidad de discriminar lo que es o no desecho tóxico, hasta que al final los desechos se acumulan y la célula deja de funcionar bien.

Según Cuervo “con el envejecimiento estas proteínas se reducen al 50 por ciento, y se podrían evitar los problemas derivados de la edad si se lograra mantenerlas en un 80 por ciento”. La reducción de estas proteínas conduce a disfunciones en órganos vitales: el corazón, el hígado y el cerebro. De hecho, estudios recientes de su grupo han demostrado que estos problemas de limpieza celular agravan el curso de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson o el Alzheimer.

Por ahora esta técnica no puede ser trasladada a humanos, pero esto podría algún día ayudar a luchar contra las enfermedades cerebrales degenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson. “Estamos buscando compuestos químicos que tengan el mismo efecto que nuestro tratamiento sin necesidad de manipulación genética. Acabamos de publicar los primeros compuestos que, por lo menos en neuronas aisladas, demuestran protección contra la proteína que se acumula en el cerebro de los pacientes con Parkinson. También hemos comprobado que cambiando las dietas a los animales, por ejemplo disminuyendo las grasas en la dieta, también estabilizamos la proteína” explica Cuervo.

La doctora también estudia cuál es la dieta más apropiada para preservar esta proteína, ya que su estabilidad está relacionada con los lípidos y en este sentido recuerda que “la mejor forma de alargar la vida es con una restricción de calorías, ya que los sistemas de limpieza se activan cuando no comes. El problema es que como es difícil seguir una dieta tan estricta tenemos que encontrar alternativas dietéticas que sean mas fáciles de seguir”.

Paralelamente, el equipo de Cuervo también trabaja en la búsqueda de compuestos farmacológicos que permitan mantener a las proteínas jóvenes. Si los trabajos confirman los resultados esperados sobre esta proteína, en pocos años podría haber en el mercado algún compuesto que funcione y pueda ser utilizado como rejuvenecedor.