“El instante presente, momento para siempre”. Así comienza Miguel Ángel Zafra Anta, ‘A modo de haikus’, un poema de su puño y letra recogido en Lactarte, su último recopilatorio de poesías. Este ingenioso médico, compagina su destreza con la palabra con sus dotes de alteza real,y es que desde hace ocho años, reparte ilusión y esperanza a los niños ingresados en el Hospital Universitario de Fuenlabrada. Detrás de la pelirroja barba y la corona se esconde el pediatra.
Pregunta. Tras ocho años ocupando el cargo de Rey Gaspar en el hospital, ¿cree que ser médico favorece para desempeñar esta afición?
Respuesta. Sin duda, mi profesión está vinculada a los niños por lo que desempeñar esta labor es mucho más fácil.
P. ¿Por qué eligió a Gaspar?
R. Había un Baltasar, un Melchor, pues no quedaba otra que ser Gaspar. Ser pediatra y estar vinculado a los niños genera unos lazos muy fuertes. Para mí era una gran invitación y por tanto, estar en el sitio adecuado. La verdad que es gratificante y divertido.
P. Tanto te metes en el papel, que te llegas a tintar el pelo, ¿no eres de los de peluca sintética?
R. Es divertido, y además creo una atmósfera y me involucro en mi papel ya que meses antes al acontecimiento me dejo barba. Los primeros años me teñía con un tinte malo y el pelo se resentía, ahora he optado por prepararme un poco más, y a la gente le encanta ver mi transformación. La verdad es que así soy más real.
P.¿Te reconocen los pacientes? ¿Puedes contar alguna anécdota?
R. Hay alguno que sí, pero lo normal es que sean niños más pequeños, por lo que evito la cercanía con los mayores por si a caso llegan a reconocerme. Recuerdo que alguna vez nos han dicho que los reyes magos oficiales somos nosotros, y los otros, nuestros representantes.
P. ¿Cómo es la relación del pediatra con el rey Gaspar?
R. Nos llevamos bien, porque Melchor es el más querido y Baltasar también, entonces, Gaspar es el que se tiene que abrir camino, como paralelamente hacemos los pediatras en nuestra profesión, y ganarse a los niños. Por tanto, es un paso que ambos hemos dado.
P. Compartes tu profesión de pediatra y majestad con la de poeta…
R. Me considero poeta y recopilador. Me gusta ser escuchador de la realidad, sobre todo, entendiendo la poesía en relación con los niños y la lactancia materna. Soy un ferviente defensor de los médicos que se involucran con el entorno del paciente, en este caso de los niños.
P. ¿Cómo se ha portado la Sanidad este año?
R. Empezamos con ilusión, aunque hemos tenido dos años bastante duros; de recortes, la cooperación también se ha visto afectada, es el caso de los niños saharauis que han tenido que venir con un bono especial, ya que son menores inmigrantes que necesitan una atención sanitaria no urgente, pero es algo que se está superando, y el 2014 se presenta cargado de ilusión tanto por los niños como por los profesionales sanitarios.
P. ¿Qué le regalaría al SNS; oro, incienso o mirra?
R. Personalmente, la mirra me gusta mucho, es el valor de lo humano y el sentido humanístico de la medicina es muy importante. Desde luego que el sistema necesita oro para pagar los costes y entender la gestión, además tiene un punto de culto y dedicación que sería el incienso pero que no debería ser sagrado, ya que esa dedicación no puede ser ni lejana ni ausente con los pacientes.
P. ¿Qué regalo se merecen los niños ingresados en el hospital?
R. Sin duda que el mejor regalo son sus padres, y después de la familia, la acogida, el sentirse valorado y ser el protagonista.
Si no fueras médico, serías…
Historiador
Un libro que te marcara… La ciencia y la vida de Valentín Fuster y José Luis Sanpedro
Alguna afición reseñable… Escribir
¿A quién le escribes la carta? a Baltasar, porque a Gaspar le conozco y puede haber conflicto de intereses.
¿Una canción que escuches a menudo ? ‘Roar’, de Katy Perry
Un grupo de música… U2
¿A quién le dejarías carbón? No me gustaría decir que a los políticos…