C. S. Enviada especial a Boston | viernes, 12 de junio de 2015 h |

Los primeros resultados del estudio fase III Evaluation of Lixisenatide in Acute Coronary Syndrome (Elixa) sobre seguridad cardiovascular (CV) a largo plazo con el agonista del receptor GLP-1 lixisenatida (comercializado como Lyxumia por Sanofi) para pacientes diabéticos tipo 2 (DM2) y con elevado riesgo CV fueron calificados por la comunidad científica como “prometedores”, en la 75 Reunión Científica de la Asociación Americana de la Diabetes (ADA) celebrada en Boston (Estados Unidos) entre los días 5 y 9 de junio.

El estudio —realizado desde junio de 2010 y completado recientemente— demuestra la no inferioridad del fármaco versus placebo, respecto a muerte CV, infarto de miocardio no mortal, accidente cerebrovascular no mortal u hospitalización por angina inestable. No obstante, se espera que esta clase de fármacos puedan llegar a mejorar la salud CV, tal y como afirmó el autor principal del trabajo y profesor de la Universidad de Harvard y del Brigham and Women’s Hospital (Boston), Marc Pfeffer, quien subrayó que los profesionales sanitarios que traten a este grupo de pacientes “no deberían preocuparse” a la hora de administrar el fármaco, “incluso” aunque presenten riesgo elevado de sufrir eventos cardiacos.

En este sentido, el vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Ricardo Gómez-Huelgas, explicó a GACETA MÉDICA que la clave está “en analizar cada caso de manera individual y, en función a las opciones que existen, elegir la más adecuada para el paciente”. Lo que está claro, precisó, es que tras los resultados de Elixa, “se garantiza que lixisenatida se puede utilizar con seguridad”.

Asimismo, Matthew Riddle, profesor de Medicina, de la División de Endocrinología, Diabetes y Nutrición Clínica, de la Universidad de Ciencias y Salud (Portland), hizo hincapié en que lixisenatida permite un mejor control de la glucemia —logra una ligera disminución de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) frente a placebo— y consigue que los pacientes reduzcan el peso en una media de 0,7 kilos, frente al grupo placebo.

“Una diferencia modesta pero significativa”, recalcó el experto, quien añadió que el grupo al que se le administró lixisenatida sí presentó más náuseas y vómitos que el grupo placebo. Sin embargo, no hubo diferencias significativas entre ambos brazos del estudio, respecto a pancreatitis y casos de cáncer de páncreas u otros tumores malignos.

Aparte, Eldrin Lewis, profesor adjunto de Medicina de Harvard Medical School y de la Sección de Cardiopatías Avanzadas de la División Cardiovascular del Brigham and Women’s Hospital, indicó que había quedado patente que este medicamento puede ser considerado una herramienta “para reducir más la glucosa, sin que eso provoque aumento del riesgo de hipoglucemia”.

Finalmente, el vicepresidente sénior de la División de Diabetes en Sanofi, Pierre Chancel, aseguró a GM que el abanico de opciones terapéuticas que ofrece la compañía hace que sean posibles los tratamientos personalizados y concluyó, diciendo que todos los datos que se habían presentado en la ADA eran “muy buenas noticias”, aunque siempre quedan retos pendientes.

Estudio Tecos

Otro de los estudios que generó más expectación fue el Trial Evaluating Cardiovascular Outcomes with Sitagliptin (Tecos). Otro ensayo de seguridad CV que se llevó a cabo con pacientes diabéticos tipo 2 y enfermedad CV establecida. En este caso, el fármaco objeto de estudio fue el inhibidor de la DPP-4 sitagliptina, comercializado como Januvia por Merck.

De entre los resultados alcanzados, se destacó por un lado la no inferioridad de sitagliptina frente a placebo en muerte CV, infarto de miocardio no mortal, accidente cerebrovascular no mortal y hospitalización a causa de angina inestable y, por otro, la similitud entre la tasa de hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca (IC) en ambos grupos. En tercer lugar, se remarcó que en cuanto a la incidencia de hipoglucemia grave no hubo diferencias significativas entre ambos brazos.

“Sitagliptina se puede usar de forma segura para mejorar los niveles de glucosa en sangre en pacientes con T2DM y alto riesgo CV, además de no repercutir en la incidencia de eventos CV o fallo cardiaco”, señaló Rury Holman, profesor de Medicina Diabética y director de la Unidad de Ensayos de Diabetes de la Universidad de Oxford.

A su vez, Eric Peterson, director ejecutivo del Central Drug Research Institute (DCRI) en la Universidad de Duke y copresidente del estudio Tecos, mencionó que aunque los resultados globales referentes a CV son parecidos a los de otros trabajos con inhibidores de la DPP-4, en este caso, no hubo indicios de incremento del riesgo en pacientes con IC.

Para Manuel Pérez, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Bellvitge e Ignacio Conget, consultor sénior de la Unidad de Endocrinología del Hospital Clínico de Barcelona, ambos estudios representan “lo más relevante” del ADA 2015.

“Aparte del beneficio que suponen para el tratamiento de la diabetes de forma directa, ambos fármacos han aportado datos de seguridad en cuanto a su utilización, al riesgo CV y, en consecuencia, permiten [a médicos y pacientes] tener mayor tranquilidad”, apuntó Pérez. Una idea remarcada por Conget, quien agregó posteriormente que después de conocer los resultados de Elixa “no debería de existir ningún problema” a la hora de administrar lixisenatida a pacientes que presenten problemas CV.

GetGoal Duo-2 y Toujeo

Sanofi también presentó los resultados “positivos” del ensayo clínico GetGoal Duo-2, cuyo objetivo fue comparar el uso de lixisenatida como complemento de la insulina basal (una vez al día) versus a como añadido a la insulina de acción rápida inyectable una vez al día en la comida principal (basal-plus) o tres veces al día (basal-bolo).

Acerca de los resultados, Julio Rosenstock, director del Centro de Endocrinología y Diabetes de Dallas, comentó que GetGoal Duo-2 muestra que la adición de lixisenatida a la insulina basal fue “significativamente eficaz con beneficios adicionales sobre la insulina de acción rápida”. Además, fue estadísticamente superior a la basal-bolo en cuanto a la fluctuación del peso corporal.

“Se ha comprobado que si en vez de aumentar insulina o administrar insulina rápida en cada una de las comidas se utiliza un análogo del GLP-1, como lixisenatida, se consigue que la glucemia baje, que se normalice; al tiempo que se evitan los efectos secundarios que provocaba el aumento de la dosis de insulina, como las bajadas de azúcar y la ganancia de peso”, afirmó el jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional y Virgen de la Victoria (Málaga), Francisco Tinahones, tras un simposio médico organizado en paralelo a la 75 Reunión Científica.

Con lixisenatida, se consigue “bajar la glucemia y una reducción del peso que oscila entre uno y tres kilos, además de no producir hipoglucemias”, apostilló. Sin embargo, aunque los efectos adversos reportados fueron de intolerancia gastrointestinal, “la mayoría de los pacientes no abandonaron el tratamiento”, porque cuando este se prolonga en el tiempo, “esos efectos empiezan a desaparecer”, añadió.

Como en otros años, se presentaron nuevos datos del programa Edition —un conjunto de estudios fase III a nivel mundial— que evalúa la eficacia y la seguridad de la insulina glargina, [solución inyectable (300 unidades por ml.)], comercializada como Toujeo por Sanofi, frente a Lantus (100 unidades por ml.).

En concreto, durante el congreso ADA 2015 se facilitó información sobre los resultados a un año del metaanálisis de los Edition I, II y III I y de los estudios de extensión a un año Edition JP1 y JP2 (con población japonesa con diabetes tipo 1 y tipo 2, respectivamente). Los datos indicaron que Toujeo consigue, aproximadamente, el mismo control de glucosa en la sangre, pero logra una reducción en los casos de hipoglucemias nocturnas, en comparación con Lantus.

Finalmente, se informó de que a lo largo de 2015 se iniciará un programa de ensayos clínicos fase IV para estudiar Toujeo en la práctica clínica habitual. Este programa, que incluirá a personas con diabetes tipo 2, está compuesto por los estudios Achieve Control, Reach Control y Regain Control y comparará la efectividad clínica de esta insulina, respecto a otras insulinas basales. Este trabajo se realizará con una muestra de más de 4.500 adultos diabéticos tipo 2 de Estados Unidos y Europa y facilitará el estudio del control de la glucemia, la incidencia de hipoglucemias y la persistencia con tratamiento, entre otras variables.

Se prevé que los primeros resultados estén disponibles en 2017 y los datos de un periodo de seguimiento ampliado, en 2018.

Los inhibidores de SGLT2

En relación con los inhibidores de SGLT2, se presentaron resultados de un ensayo fase III, en el que se comparó la eficacia y seguridad de dapagliflozina (10 mg.), —comercializado como Forxiga por la alianza Bristol-Myers Squibb y AstraZeneca—, versus a placebo añadida a saxagliptina (5 mg.) — comercializado como Onglyza— y metformina de liberación inmediata (IR) en adultos con diabetes tipo 2 con control glucémico inadecuado, cuyos niveles de HbA1c basales se situaban entre el siete y el 10,5 por ciento.

Chantal Mathieuj, investigadora principal y directora de Endocrinología del Hospital Universitario de Gasthuisberg (Bélgica), fue quien se encargó de facilitar los datos y quien subrayó que para aquellos pacientes que sigan un tratamiento de saxagliptina (Saxa) más metformina, la opción añadir dapagliflozina (Dapa) a esta combinación es “una opción eficaz y segura” que, además, permite “una reducción del peso (1,9 kilos) y hace que los pacientes tengan un riesgo bajo de sufrir hipoglucemias”.

Mathieuj agregó que Dapa, añadida a Saxa más metformina fue “bien tolerado” por los pacientes y que se consiguió mejorar el control glucémico.

También hubo datos sobre la eficacia y seguridad de Saxa, añadida a la combinación Dapa más metformina. En este caso, la presentación corrió a cargo de Stephan Mattaei, director del Centro de Diabetes, Metabolismo y Endocrinología del Hospital de Quakenbrück (Alemania). Así, el experto dijo que en los pacientes mal controlados, Saxa como complemento a Dapa más metformina no solo fue bien tolerado, sino que permitió “una reducción significativa” en la HbA1c con una mayor proporción de pacientes que alcanzaron la HbA1c por debajo de siete por ciento, versus a quienes recibieron la doble terapia de Dapa más metformina.

Aparte, agregó que Saxa como complemento de Dapa más metformina mejoró el control glucémico de los pacientes sin incrementar el riesgo de padecer hipoglucemia ni aumentar el peso. Y, por último, concluyó, esta combinación se perfila como “un tratamiento eficaz y bien tolerado de la triple terapia oral en pacientes con DM2 mal controlados”.

50 años…

Desde el modo en el que las personas miden sus niveles de glucosa, hasta los mecanismos implicados en la diabetes. Son muchos los cambios que se han producido en las cinco décadas pasadas, respecto a la investigación y al tratamiento de esta patología.

En el marco del congreso, tuvo lugar un simposio especial, que contó con la presencia de Robert Ratner, director científico y médico de la ADA, quien recalcó que estos 50 años han servido para mejorar la comprensión acerca de la enfermedad y sus complicaciones, pero incidió en que durante el próximo medio siglo se debe llegar al conocimiento de por qué se produce la diabetes tipo 1 y tipo 2.

“Los tratamientos deben proporcionar un control óptimo de la glucosa y del metabolismo, sin que haya riesgo de hipoglucemia y las complicaciones de la diabetes deberían convertirse en memorias”, concluyó.