II CONGRESO DE LA PROFESIÓN MÉDICA/

br

Las entidades médicas deben ser más “proactivas” en esta exigencia de cara a las elecciones autonómicas de 2011, según José Manuel Freire

La reforma impulsada por el consejero vasco, ejemplo a seguir para dar respuesta a los nuevos retos y recuperar la dignidad profesional

| 2010-04-16T17:54:00+02:00 h |

MÓNICA RASPAL

Madrid

El sistema sanitario español destaca, en la comparación internacional, por el alto nivel de “ocupación política partidaria” en todos los niveles de responsabilidad ya que carece de órganos colegiados de gobierno, la gestión está desprofesionalizada y no cuenta con instrumentos eficaces de participación y consulta a los profesionales.

Para José Manuel Freire, de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ésta es la “raíz” y el “síntoma” del “mal gobierno” de los centros e instituciones sanitarias, pues los cargos de gerente y director —y en algunas comunidades incluso el de jefe de servicio— se presentan como un “botín electoral”, lo que tiene como consecuencias su desprestigio, una alta rotación de los directivos, la pérdida de autoridad, la desmotivación de los trabajadores, la falta de transparencia, la ineficiencia y la baja calidad de la atención. Por ello, ante el debate planteado durante una de las mesas del II Congreso de la Profesión Médica celebrado este fin de semana en Madrid, Freire propuso, ante la proximidad de las elecciones autonómicas de 2011, seguir reclamando el cumplimiento del decálogo para el buen gobierno elaborado en 2005 por la Organización Médica Colegial (OMC) —que proponía la creación de órganos colegiados y consultivos, así como la profesionalización de los cargos directivos—, pues ninguna región ha avanzado en esta línea a excepción del País Vasco.

Profesión más proactiva

En su opinión, para ello es necesario que la profesión médica adopte una actitud “más proactiva” y un compromiso “más decidido y unánime”, involucrando también al resto de profesiones sanitarias y sindicatos e informando a la sociedad.

Esta demanda de profesionalización de los gestores fue apoyada por los presidentes colegiales, un cambio que traería consigo la revisión de las estructuras organizativa y la evolución hacia un nuevo modelo asistencial más centrado en el paciente crónico. Así lo resaltó el presidente del Colegio de Médicos de Granada, Javier de Teresa, haciendo hincapié en el “esfuerzo adicional” que va a requerir de cara a normalizar la colaboración entre niveles y disciplinas, lo que supondría un “gran pacto” entre sistemas de salud.

La respuesta profesional ante los nuevos retos asistenciales fue abordada en otra de las mesas del Congreso en la que José Ramón Repullo, jefe del Departamento de Planficación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII, aseguró que la medicina y los sistemas no han sabido adaptarse al cambio demográfico y epidemiológico, pues han perseverado “obstinadamente” en el paradigma de respuesta asistencial, buscando el “virtuosismo” en procedimientos e intervenciones singulares más que en procesos integrados.

“La medicina se ha desorientado por culpa de la fascinación tecnológica, la hiperespecialización y la insensata tendencia a conceder prestigio a lo molecular en detrimento de lo profesional, una ola que se ha llevado por delante el papel que debería tener la atención primaria, que ha quedado relegada a un segundo plano”, afirmó.

Bengoa, ejemplo a seguir

A su juicio, los profesionales tampoco han sabido reaccionar por su “secular debilidad colegial”, su “fragmentación interna” y la falta de liderazgos “sabios y respetados”, que les ha llevado a asumir la condición de empleados y a echar la culpa de todos los males al empleador, la Administración. Repullo explicó que incluso cuando se formulan buenas políticas de cambio organizativo, falta energía e inteligencia para gestionar el cambio profundo de roles que se precisa y puso como ejemplo a seguir el proyecto del consejero vasco de Sanidad, Rafael Bengoa. “Los médicos no disfrutamos practicando medicina porque hemos dejado de hacerlo, hemos perdido al paciente en medio de tanto ruido y tantos medios”, insistió.

MÓNICA RASPAL

Madrid

El sistema sanitario español destaca, en la comparación internacional, por el alto nivel de “ocupación política partidaria” en todos los niveles de responsabilidad ya que carece de órganos colegiados de gobierno, la gestión está desprofesionalizada y no cuenta con instrumentos eficaces de participación y consulta a los profesionales.

Para José Manuel Freire, de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ésta es la “raíz” y el “síntoma” del “mal gobierno” los centros e instituciones sanitarias el cargos de gerente y director —y en algunas comunidades incluso el de jefe de servicio— como un botín electoral— se presentan como un “botín electoral”, lo que tiene como consecuencias su desprestigio, una alta rotación de los directivos, la pérdida de autoridad, la desmotivación de los trabajadores, la falta de transparencia, la ineficiencia y la baja calidad de la atención. Por ello, ante el debate planteado durante una de las mesas del II Congreso de la Profesión Médica organizado celebrado este fin de semana en Madrid, Freire propuso, ante la proximidad de las elecciones autonómicas de 2011, seguir reclamando el cumplimiento del decálogo para el buen gobierno elaborado en 2005 por la Organización Médica Colegial (OMC) —que proponía la creación de órganos colegiados y consultivos, así como la profesionalización de los cargos directivos—pues ninguna región ha avanzado en esta línea a excepción del País Vasco.

Profesión más proactiva

En su opinión, para ello es necesario que la profesión médica adopte una actitud “más proactiva” y un compromiso “más decidido y unánime”, involucrando también al resto de profesiones sanitarias y sindicatos e informando a la sociedad.

Esta demanda de profesionalización de los gestores fue apoyada por los presidentes colegiales, un cambio que traería consigo la revisión de las estructuras organizativa y la evolución hacia un nuevo modelo asistencial más centrado en el paciente crónico. Así lo resaltó el presidente del Colegio de Médicos de Granada, Javier de Teresa, haciendo hincapié en el “esfuerzo adicional” que va a requerir de cara a normalizar la colaboración entre niveles y disciplinas, lo que supondría un “gran pacto” entre sistemas de salud.

La respuesta profesional ante los nuevos retos asistenciales fue abordada en otra de las mesas del Congreso en la que José Ramón Repullo, jefe del Departamento de Planficación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII, aseguró que la medicina y los sistemas no han sabido adaptarse al cambio demográfico y epidemiológico pues han perseverado “obstinadamente” en el paradigma de respuesta asistencial, buscando el “virtuosismo” en procedimientos e intervenciones singulares más que en procesos integrados.

“La medicina se ha desorientado por culpa de la fascinación tecnológica, la hiperespecialización y la insensata tendencia a conceder prestigio a lo molecular en detrimento de lo profesional, una ola que se ha llevado por delante el papel que debería tener la atención primaria, que ha quedado relegada a un segundo plano”, afirmó.

Bengoa, ejemplo a seguir

A su juicio, los profesionales tampoco han sabido reaccionar por su “secular debilidad colegial”, su “fragmentación interna” y la falta de liderazgos “sabios y respetados”, que les ha llevado a asumir la condición de empleados y a echar la culpa de todos los males al empleador, la Administración. Repullo explicó que incluso cuando se formulan buenas políticas de cambio organizativo, falta energía e inteligencia para gestionar el cambio profundo de roles que se precisa y puso como ejemplo a seguir el proyecto del consejero vasco de Sanidad, Rafael Bengoa. “Los médicos no disfrutamos practicando medicina porque hemos dejado de hacerlo, hemos perdido al paciente en medio de tanto ruido y tantos medios”, insistió.