Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3
Debe ser una cuestión de piel. Por eso me entusiasman los libros que llegan a la mesa desde la más tierna de las situaciones profesionales. Las tribulaciones y anécdotas del día a día de los médicos internos residentes, o sea el texto Anatomía de un MIR, de María Valerio Sainz, con prologo del profesor Segovia de Arana, es para atarse los machos y aprender de dónde vienen, quiénes son y a dónde van estas estupendas generaciones. Me gustó mucho el decálogo de la Fundación Galatea, auténtico juramento actualizado del Hipócrates que hoy se vería navegar por Internet.
Lo mismo me ocurre con el texto para residentes Curso de fundamentos de Obstetricia y Ginecología, coordinado por los doctores Ignacio Zapardiel y Luis San Frutos. Ha hecho bien en patrocinarlo la SEGO y Rovi, que sigue siendo fiel a investigar para crecer en salud. Me llamó la atención el texto “Importancia de la comunicación escrita” del doctor José María Lailla.
Dicen que los niños vienen con un pan bajo el brazo. Eso hizo con un libro el entusiasta cirujano, el doctor Picazo Yeste, del Hospital General de Alcázar de San Juan en Ciudad Real, quien se mostraba muy orgulloso del Diagnóstico y tratamiento médico (Marbán), que ha coordinado el doctor Rodríguez García del Servicio de Medicina Interna, en donde se ha pasado de respirar la literatura cervantina al complejo mundo del diagnóstico diferencial reposado y más analítico. El libro demuestra que las ciencias médicas florecen en donde las organizaciones asistenciales tienen voluntad de crecer sin complejos.
Avanzan también quienes están pendientes de las urgencias, asunto que se ha culminado con las Guías y vías clínicas de manejo en la urgencia Extrahospitalaria (Arán), trabajo coordinado por el doctor Pedro Martínez Tenorio, director del SUMA 112 y sus compañeros, la doctora Fernández Campos y los doctores Huertas y Sánchez-Brunete. Porque como dice el presidente de la Real de Medicina, el profesor Díaz-Rubio, se abordan problemas muy diversos pero de gran valía práctica. Llama la atención, dice nuestro admirado Díaz-Rubio, que al conocer esos contenidos a la perfección es posible atender a más de un millón de pacientes anuales y, lo que es más importante, salvar miles de vidas. Seguro.