Toxicomanías/ 37as Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol
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La decisión de subvencionarlo públicamente supondrá un gran avance en el acceso
En algunas comunidades existen todavía obstáculos de tipo administrativo
E. S. Corada
Madrid
La reciente decisión de la Dirección General de Farmacia de proporcionar financiación pública a buprenorfina/naloxona (B/N), tratamiento para la dependencia de la heroína y otros opiáceos ha supuesto un gran avance para lograr la equidad de los pacientes en el acceso a los tratamientos.
“Financiarlo contribuye a no estigmatizar ni discriminar a los adictos y a lograr su normalización”, apuntó Julio Bobes, presidente de Socidrogalcohol, por lo que lo considera muy beneficioso para el dependiente a estas sustancias ya que, en su opinión, uno de los objetivos es lograr la normalización de las enfermedades adictivas. “Los pacientes adictos no pueden ser tratados por la puerta de atrás de la sanidad”, dijo durante la reunión anual de la sociedad celebrada la semana pasada en Oviedo, donde afirmó que el Pacto por la Sanidad ayudará a acabar con esa situación.
Y es que, aunque buprenorfina/naloxona se aprobó en nuestro país en el año 2008, la falta de financiación lo convertía en un fármaco de difícil acceso siendo la metadona la única terapia con cargo a los fondos públicos. “Aunque en ciertas comunidades existen todavía algunos obstáculos de tipo administrativo para facilitar el acceso a esta nueva opción terapéutica, esperamos su rápida solución con el fin de garantizar la equidad en todo el país”, continuó el experto.
“Efecto techo”
Como apuntó José Martínez Raga, coordinador de la Unidad de Conductas Adictivas de Gandía (Valencia), esta terapia, además de tener una eficacia similar a la metadona, trae consigo unos beneficios añadidos en términos de seguridad. De administración sublingual, debido a sus características farmacológicas, aporta una mayor seguridad que se traduce en un riesgo prácticamente inexistente de sobredosis y de provocar depresión respiratoria mortal a consecuencia de la misma, junto un menor posibilidad de generar adicción debido a su “efecto techo” pues, llegado un momento, la ingestión de más fármaco no produce un mayor efecto en el paciente. Además, continúa, por sus características farmacológicas éste “carece de los problemas de interacciones tan a tener en cuenta por ejemplo, en pacientes tratados por la infección por el VIH”.
La reunión sirvió también para presentar la nueva Guía para el tratamiento de la adicción a opiáceos con buprenorfina-naloxona.