Almudena Fernández Madrid | viernes, 19 de junio de 2015 h |

Más de la mitad de consultas de AP están relacionadas con el dolor crónico no oncológico (DCNO). De hecho, estos profesionales suelen ser los primeros en ver al paciente por su “máxima accesibilidad”, pero no cuentan con las herramientas necesarias para abordar el problema, tal y como explicó a GM Juana Sánchez, coordinadora del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Y es que, además, Sánchez asegura que el abordaje actual del DCNO en España es insuficiente, ya que desestructura la vida del paciente y la percepción del dolor en sí, por lo que constituye una enfermedad crónica. “No hay mente sana que tenga un cuerpo enfermo”, señaló.

Por este motivo, las tres sociedades de medicina de familia —SEMG, Semergen y Semfyc— elaboraron el documento de consenso ‘La atención al paciente con dolor crónico no oncológico en AP’.

En él, concluyen que el abordaje tiene que ser multidisciplinar, así como que, al ser la mayoría de las veces los médicos de AP los que primero tratan el dolor, deben recibir formación y herramientas para poder hacerlo.

Asimismo, la coordinadora del grupo de trabajo de SEMG apuntó a la necesidad de mejorar la coordinación, además de que, como eje del sistema, los médicos de AP ven una serie de carencias en el SNS, por ejemplo, muchas diferencias entre comunidades. Otro de los objetivos del documento es hacer mayor hincapié y dar más visibilidad al dolor crónico en la primaria.

Solicitaron también que se favorezca la investigación en esta patología desde el primer nivel asistencial y, al mismo tiempo, una mejor coordinación con la atención hospitalaria, además de pedir que todos los médicos de AP puedan tener acceso a las unidades de dolor. Y es que esto último es algo que, a pesar de que existen consensos al respecto y de que desde el ministerio de Sanidad se reconoce que sería positivo, todavía no es una realidad en el sistema.

Sánchez también recalcó que el equipo de AP tiene que estar preparado para que el tratamiento a los pacientes con DCNO abarque todas las facetas que tiene el dolor crónico, no solo la del tratamiento farmacológico, sino también colaborar para que comprenda cómo son sus síntomas y cómo influyen en su vida, así como ayudarlo a adaptarse a él para poder modificar conductas que hagan que se incorpore de nuevo a su funcionalidad habitual, como pueden ser el trabajo, disfrutar del ocio y de la familia.

Además, como en todas las enfermedades crónicas, médicos y enfermeras tienen que intentar que el paciente sea un colaborador de los sanitarios y experto en su propia enfermedad para que, él mismo, sea capaz de reconocer sus emociones y así poder mejorar dentro de su sintomatología, ya que, aunque a veces no es posible curarle su enfermedad, siempre se pueden aliviar los síntomas.