“Las intervenciones de inicio de tratamiento realizadas por un farmacéutico clínico en el servicio de Urgencias muestran una elevada adherencia a las guías de práctica clínica con un alto grado de recomendación y evidencia y reducción teórica de la morbimortalidad asociada”. Así concluye el estudio ‘Evaluación de la calidad de las intervenciones farmacéuticas en urgencias basada en la evidencia científica’, elaborado por el servicio de Farmacia del Hospital Universitario Doctor Negrín. Moisés Pérez, farmacéutico del hospital, comenta que la idea era evaluar la calidad de las intervenciones farmacéuticas que motivaron el inicio del tratamiento en un servicio de Urgencias.
En este sentido, explica que “el servicio de Urgencias asiste diariamente a la sesión clínica y analiza durante las visitas junto a los médicos los tratamientos de los pacientes más susceptibles de sufrir un evento adverso por medicamentos, esto es, todos los pacientes ingresados en las áreas de observación y área de críticos”.
Desde el año 2008 en el servicio de FH canario se ha implantado progresivamente un modelo de atención farmacéutica que ha integrado a farmacéuticos especialistas en los equipos clínicos multidisciplinares de atención al paciente en diferentes unidades de Urgencias, Reanimación, Medicina Intensiva y, este año, en Cirugía General, Neurología, Medicina Interna y Onco-Hematología.
Asimismo, Pérez indica que el farmacéutico se implica y colabora en aspectos como la selección, junto con el médico, de la medicación más apropiada a las condiciones clínicas del paciente, la resolución de consultas sobre la preparación y administración de medicamentos, las recomendaciones en el manejo de fármacos con alto riesgo de provocar efectos adversos y la entrevista clínica a los pacientes con el fin de recopilar información sobre la medicación crónica.
Para evaluar la relevancia clínica de las recomendaciones farmacoterapéuticas realizadas por el farmacéutico del SU se realizó una búsqueda en las Guías de Práctica Clínica (GPC) de las patologías más prevalentes en urgencias y se clasificaron según el nivel de evidencia disponible.
En este sentido, el 73 por ciento de las recomendaciones farmacoterapéuticas estaban clasificadas según evidencia científica, y la mayoría de ellas, “el 84 por ciento alcanzaban el máximo grado de recomendación y nivel de evidencia (IA) en las GPC”. Adicionalmente, las dos terceras partes de las recomendaciones realizadas tenían asociadas una disminución de la morbimortalidad en dichas guías.