Mientras que la incidencia y mortalidad por cáncer de pulmón en hombres está disminuyendo, la de las mujeres está aumentando “casi un 2 por ciento cada año”, tal y como puso de manifiesto Pilar Garrido, presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), durante la celebración del 3º Simposio sobre Cáncer de Pulmón en Mujeres.
Pero, ¿por qué ocurre esto? Y sobre todo, ¿existen realmente diferencias biológicas entre hombres y mujeres en cáncer de pulmón? Sobre este tema habló Fernando López-Ríos, director del Laboratorio de Dianas Terapéuticas del Centro Oncológico Clara Campal, que presentó una revisión de más de 3.000 adenocarcinomas de pulmón en Estados Unidos. Del análisis, se desprende que la mutación de KRAS G12C es mucho más frecuente en mujeres, una tendencia que no se mantiene al estudiar el resto de mutaciones KRAS. Un dato que además, señala este patólogo, tiene otra “conclusión indirecta” ya que, de confirmarse que esta mutación se da sobre todo en pacientes fumadoras (y las evidencias van en este sentido), se podría deducir que “las mujeres son más susceptibles al humo del tabaco” en este tipo de tumores asociados al humo del tabaco, que son los que expresan más mutaciones KRAS.
Una afirmación con la que también está de acuerdo José Manuel Trigo, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, que señala que existen estudios que muestran evidencias de que “a la misma exposición a tabaco, la mujer tiene una tendencia mayor a desarrollar un cáncer de pulmón”. La cuestión aquí es que esa mayor susceptibilidad es extensible a las mujeres no fumadoras, lo cual abre la investigación a otras posibles causas. En concreto, señala López-Ríos, la investigación está ahora centrada en “las enzimas ligadas al citocromo P450, que parecen estar más activas en las mujeres y que facilitan el paso del carcinógeno a metabolitos activos”. Al mismo tiempo, existen otras enzimas de este citocromo encargadas de inactivar estos metabolitos y que parecen estar disminuidas. Y a todo esto hay que añadir ciertas evidencias genéticas que parecen señalar que las mujeres tienen más alteradas las enzimas de reparación del ADN. Tres afirmaciones que parecen apuntar a esta mayor susceptibilidad de las mujeres a cáncer de pulmón pero que, tal y como subrayó López-Ríos, “son todavía datos experimentales”.
En cuanto a qué alteraciones moleculares son más frecuentes en mujeres, este investigador presentó un estudio del Idibell liderado por Montse Sánchez que concluye que las mutaciones en EGFR son significativamente más frecuentes en mujeres.Un dato que se confirma también en el ensayo Eurtac y en un seguimiento de pacientes en el CIOCC, del que se obtuvo que”las dos terceras partes de pacientes con mutaciones en EGFR eran mujeres”, destaca.
Además, existen ciertas evidencias de una mayor frecuencia en mujeres de la traslocación de ALK en algunos estudios que, si bien no son muy grandes, sí muestran resultados claros. En el Vall d’Hebrón, en una muestra de entre 10 y 12 pacientes con traslocación de ALK, solo uno de ellos era varón. Y otro estudio entre Gran Bretaña y el sur de Francia también ha demostrado importantes diferencias a favor de las mujeres.En HER2, hay una investigación norteamericana que demuestra que estas alteraciones son el doble de frecuentes en mujeres que en hombres. Toda una serie de estudios de los que López-Ríos concluye que “casi todas las alteraciones moleculares tratables o potencialmente tratables son significativamente más frecuentes en mujeres”.
Pero no solo existen diferencias entre hombres y mujeres, sino también entre no fumadoras y fumadoras, que suelen desarrollar tumores de pulmón con diferentes histologías. En concreto, Trigo explica que las no fumadoras “sobreexpresan más mutaciones EGFR o traslocaciones de ALK”, para las que ya existen inhibidores específicos. Un motivo por el que, sumado al mayor número de alteraciones genéticas presentes en tumores de fumadoras, “la supervivencia es mayor en mujeres no fumadoras”.