Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 12 de septiembre de 2014 h |

La antesala electoral en la que están inmersos la mayoría de los gobiernos autonómicos ha dado un nuevo pistoletazo de salida en la carrera, hasta hace unos años desenfrenada, por construir más hospitales y mejor equipados. La crisis económica, junto a incontables problemas de tipo administrativo, algunos aparentemente triviales, no justifica para algunos sindicatos médicos regionales el parón que algunas de ellas han vivido durante años. Hasta el punto lógico de que han dejado de creer en sus plazos y promesas. Mientras tanto, las consejerías se apresuran a relanzar las obras a fin de llegar a la meta electoral con la ansiada foto de apertura o, al menos, con avances sustanciales que poder rentabilizar en las urnas.

Toledo

El nuevo hospital de Toledo es un buen ejemplo. Las empresas que aspiren a conseguir la licitación de las obras pueden presentar sus ofertas hasta finales de octubre. El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, reconocía este verano las dificultades para sacar adelante un proyecto con más de 11 años, lastrado por la falta de financiación. Hasta ahora se han invertido 103 millones de euros en obras y terrenos sobre una superficie de 224.000 metros cuadrados. La nueva inversión será de 157 millones. Algunos detalles como eliminar del proyecto el “azulejo portugués”, poco apropiado en un centro de este tipo, según la consejería, ha permitido ajustar las cuentas.

Sanidad recalca que los nuevos pliegos incorporan aportaciones de los profesionales. El secretario general de CESM-Castilla-La Mancha, Rodrigo Bernaldo de Quiros, matiza que el sindicato no ha sido consultado, pero sí el colegio de médicos o los responsables de los servicios. Destaca que el nuevo centro es una auténtica necesidad, aunque lamenta que finalmente se haya tenido que pasar por la externalización total de los servicios no sanitarios a una sola empresa concesionaria y por espacio de 27 años. El proyecto inicial, recuerda, contemplaba externalizar servicios, pero de manera fragmentada y por intervalos de dos años.

Si no hay contratiempos, las obras comenzarán a principios de 2015 y el PP podrá recibir, en las urnas, el “premio” por haber desbloqueado una obra ambiciosa, aunque sea a su manera.

En Andalucía, el listado de obras inacabadas y promesas incumplidas en infraestructuras sanitarias es interminable, a juzgar por el resumen que maneja el propio sindicato médico.

La consejera de Salud, María José Sánchez Rubio, se ha comprometido a sacar adelante cinco nuevos centros, algunos de ellos proyectados hace 15 años. Eso sí, sin presión electoral en este caso. Los centros de Cazorla, Lebrija, Guadalhorce y Costa Occidental de Huelva, en Lepe, podrían ver la luz en 2015. Más cerca, a priori, estaría la apertura del Hospital del Campus de la Salud en Granada, que podría inaugurarse este año. Los profesionales están a la espera de ocupar sus plazas.

Para el sindicato médico andaluz, el compromiso de rematar estas infraestructuras en los plazos previstos es casi una quimera. La crisis no es excusa, puesto que muchas de estas promesas son anteriores a la situación económica, insisten. Más bien, sostienen, son un ejemplo de la falta absoluta de planificación y organización del servicio sanitario andaluz.

A la falta de recursos económicos se añade otra limitación, la tasa de reposición del 10 por ciento de profesionales jubilados impuesta por el gobierno de Zapatero, lo que no implica, matizan, “que no se pueda contratar a nuevos trabajadores, aunque en la práctica es al revés”. La promesa de nuevos centros contrasta con la fusión de hospitales y las consiguientes reducciones de plantillas a todos los niveles: administrativo, médicos y enfermería, remarcan.

Comunidad Valenciana

Desde la Comunidad Valenciana, el secretario general de CESM, Andrés Cánovas, coincide en el lastre que supone para los nuevos centros esta tasa de reposición. El Hospital de Lliria, por ejemplo, tendrá dificultades para dotarse, augura el portavoz. No obstante, en su última visita a las obras el pasado mes de febrero, tras dos de parálisis, el consejero valenciano, Manuel Llombart, aclaró que no restará personal de otros centros. Según su previsión, estará en funcionamiento en febrero de 2015 y dará empleo a 400 personas.

Cánovas subraya que los plazos se están cumpliendo tanto en este centro como en el nuevo hospital de Gandía, que considera absolutamente necesario, aunque responda a una realidad “triste”: “la falta de presupuestos para el mantenimiento de los hospitales”, que a medio plazo se traduce en una mayor inversión.

Las previsiones se están cumpliendo, asegura, aunque la comunidad no es precisamente ágil en su gestión. La intención de Sanidad es inaugurar el centro antes de las elecciones, con seis años de retraso.

El recorrido del Hospital de Gandía está en línea con el de otros muchos centros, como el nuevo hospital de Vigo. Cesm- Galicia no duda en usar para hablar del proyecto el nombre de una de las obras maestras de la literatura juvenil, ‘La historia interminable’. El final, todavía no se sabe si feliz, puede estar cerca. La gerencia del centro ha explicado que las obras finalizarán en primavera y, tras un traslado de siete meses, esperan que pueda estar a pleno rendimiento a finales de 2015.

Aragón

La construcción del nuevo hospital de Teruel será a prueba de terremotos. En el sentido más literal. El nuevo centro, cien por cien público, como recalca Juan Urdániz, secretario general de la Federación de Sanidad y Servicios Sociales de Comisiones Obreras en Aragón, supera poco a poco los contratiempos. El principal, la falta de recursos económicos, pero también los hay de tipo “geológico”. La publicación hace unos años de un estudio que planteaba riesgo sísmico ha hecho que el pliego de condiciones exija experiencia en la materia en la construcción de un área de afección sísmica a nivel nacional o internacional. Junto a esta anécdota, los problemas en la construcción de los accesos acrecentan la impresión del sindicato de que todo forma parte de un juego político especulativo. La sensación no es ajena a la construcción del nuevo Hospital de Alcañiz, que bajo la fórmula de colaboración público privada ha despertado una campaña política sindical y ciudadana, recuerdan. La idea inicial ha sufrido múltiples variaciones y la última novedad es que la empresa concesionaria se limitará a asumir la construcción del centro, sin parte alguna en la gestión. Eso sí, con una cifra global de 600 millones de euros que, según los cálculos del sindicato, puede triplicar el coste real de un centro de estas características.

En la Comunidad de Madrid, la mirada está puesta en el Hospital de Villalba, que abrirá sus puertas en octubre. Construido y gestionado por IDC (antiguo Capio), la obra terminó, pero ha permanecido cerrado en estos dos años, con un coste mensual de mantenimiento para las arcas públicas de 900.000 euros. Julián Ezquerra, secretario general de Amyts, insiste en que la construcción del centro no está justificada. Tras el traslado del Hospital de Majadahonda no tiene sentido, asegura. Su preocupación es ver cómo repercutirá en este centro y en el de la localidad vecina de El Escorial.