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Las diferencias autonómicas entre las tarjetas sanitarias asignadas a cada médico de primaria superan ya las 700 y, según los datos publicados por el Sistema de Información de Atención Primaria (SIAP) del Ministerio de Sanidad a cierre de 2011, difícilmente son sólo causa de la dispersión poblacional de algunas comunidades.
Así, la media nacional se situó en diciembre de 2011 en 1.385, con Baleares encabezando la lista de regiones que más tarjetas ha adjudicado a cada médico de primaria (1.662), casi el doble que Castilla y León, donde los médicos de familia tienen asignadas sólo 927 personas. Muy por encima de la media nacional se sitúan también la Comunidad Valenciana (1.546), Madrid (1.520), Andalucía (1.478) y Canarias (1.452), mientras que Murcia (1.435), Asturias (1.433), Cataluña (1.424), Navarra (1.392) y País Vasco (1.388) se sitúan en la media y Cantabria (1.334), Galicia (1.312), La Rioja (1.261), Castilla-La Mancha (1.253), Extremadura (1.190) y Aragón (1.155) quedan por debajo. Según el SIAP, un análisis comparado con los datos de hace cinco años pone de manifiesto que, pese a los recortes y la parálisis en la tasa de reposición del personal, ha habido un descenso “significativo” de pacientes por facultativo, cayendo el cupo un 2,9 por ciento, una tendencia que, previsiblemente, continuará cayendo con la retirada de la tarjeta a inmigrantes irregulares.
Sin embargo, las sociedades de AP abogan por establecer un límite de 1.200 tarjetas a cada médico de familia y en ningún caso superar el cupo de 1.500. En cuanto a los pediatras, consideran aconsejable una número inferior a los 800 niños, pero la realidad del pasado año muestra una media de 1.033, apenas 8 tarjetas menos que hace cinco años. Las diferencias autonómicas también son importantes, desde los 817 niños adjudicados en Asturias hasta los 1.130 de Cataluña.