Hematología/ Las enfermedades cardiovasculares y la osteoporosis, grandes retos

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El futuro del tratamiento pasa por los factores recombinantes de larga duración
| 2009-09-27T18:08:00+02:00 h |

La conferencia europea de Riga tuvo representación española a través de dos pósters que presentaron la Unidad de Hemofilia del Hospital Vall d’Hebrón y un grupo de trabajo de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH). El primero de ellos demuestra que el consejo genético y el diagnóstico molecular han cambiado la proporción de hemofilias graves familiares y esporádicas de 50-50 a 30-70. El objetivo: demostrar que los hematólogos poco pueden hacer para evitar riesgos en el momento del parto y alertar a los neonatólogos de los signos que denotan que pueden estar ante un niño hemofílico, según explica Carme Altisent, de la unidad de Hemofilia del Vall d’Hebron. El póster de la SETH, por su parte, se centra en los pacientes hemofílicos con inhibidor. Según Altisent, no hay consenso sobre el mejor tratamiento para estos pacientes y el grupo de la SETH revisa la literatura existente y plantea cuál es la mejor forma de tratarles.

José garcía

Env. especial a Riga (Letonia)

El futuro próximo del tratamiento de la hemofilia pasa por los factores recombinantes de larga duración. Las nuevas estrategias persiguen alargar la vida media de las proteínas circulantes en sangre. Otras buscan conjugar proteínas con polímeros para incrementar esa vida media del factor de coagulación. Uno de los factores utilizados es el rFVIII-FS estabilizado con sacarosa y unido a liposomas pegilados que le confieren una vida mayor en el organismo. Este factor, iniciativa de Bayer HealthCare en colaboración con Zilip-Pharma, está siendo testado en el primero y único ensayo clínico global de larga duración de rFVIII, y podría mejorar de forma sustancial la calidad de vida de los hemofílicos.

Así lo constataron los expertos europeos reunidos en la Conferencia de Hematología que la compañaía Bayer Schering Pharma celebró la semana pasada en Riga. “Las próximas dos décadas en el manejo de la hemofilia serán apasionantes”, manifestó David Lillicrap, de la Queen’s University de Kingston (Canadá), quien puso el acento en la terapia génica, a pesar de que los primeros ensayos clínicos no han dado los resultados esperados, y en los productos recombinantes de nueva generación.

Durante la conferencia, los expertos también destacaron que la esperanza de vida del paciente hemofílico es cada vez mayor gracias a terapias seguras de reemplazo del factor VIII, como el factor antihemofílico Kogenate. Ahora bien, esa mayor esperanza de vida conlleva una serie de comorbilidades, como las enfermedades cardiovasculares —“que podrían convertirse en el mayor de los retos”, según Roger E. Schutgens, del Centro Médico Universitario de Utrecht— y la osteoporosis — “infravalorada”, según Angela Huth Kühne, de la Kurpfalzkrankenhaus de Heidelberg— que exigen nuevas necesidades en el tratamiento y suponen un reto para el médico al haber poca experiencia en el manejo de estos pacientes.

Gerry Dolan, del Hospital Universitario de Noggingham, vaticinó un gran número de hemofílicos ancianos en el futuro que al igual que la población sana tienen mayor riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras relacionadas con la edad. Ya hay un grupo de trabajo, Advance, iniciativa de Bayer Schering Pharma, para identificar temas clave y estrategias terapéuticas de cara a este nuevo escenario.