Jefe de los servicios
médicos de A3media viernes, 06 de junio de 2014 h
La industria farmacéutica puede y debe constituirse
en ‘partner’ fundamental
del Gobierno
El último pacto por la Sanidad firmado por el ministerio y los responsables sanitarios fue un paso que todas las organizaciones han considerado como fundamental para consolidar el trayecto imprescindible hacia una cobertura sanitaria pública para toda la población por igual, sea cual fuere el mecanismo asistencial que se utilice en la gestión sanitaria.
No hablábamos de sostenibilidad cuando el curso económico de las cosas era posible. No hablábamos de sostenibilidad cuando no padecíamos un déficit de financiación global. No hablábamos de sostenibilidad cuando no detectábamos inequidades ni tampoco lo hacíamos cuando no teníamos necesidad de un uso racional de los recursos sanitarios.
Aun así, tenemos que tener en cuenta que la esencia de todo se centra en el ciudadano como elemento fundamental de la prestación sanitaria. Pero cada cual tiene los argumentos precisos para defender lo que les interesa.
Este es el caso de lo ocurrido durante el Ciclo de Conferencias organizado por la RANM, con el patrocinio de Asisa, ‘La Sanidad española en 2014’. Allí la consejera de Salud de Andalucía, María José Sánchez Rubio, defendió la Sanidad pública como único sistema que permite la cohesión social y territorial con una amplia cartera de servicios. Bajo el título de su conferencia, ‘La Sanidad pública en 2014. Consolidar para avanzar’, Sánchez Rubio rechazó tajantemente recortar la universalidad de la sanidad, ya que el conjunto de la ciudadanía merece la misma atención, sin distinciones. “Hay que afirmar con rotundidad, sin tibieza de ningún tipo, que la sanidad pública, universal y financiada con los impuestos generales sí es sostenible”, subrayó.
Además, la consejera negó con firmeza que los modelos basados en el funcionamiento del mercado sean más eficientes que los sistemas públicos y citó como ejemplo el caso de Holanda, país que emprendió un modelo de privatización como respuesta al debate sobre la sostenibilidad de lo público y que en seis años ha incrementado su gasto sanitario del 9 al 13 por ciento de su PIB.
Hay que hilar fino. Y, en este sentido, “la industria farmacéutica en España ha hecho un máster en los últimos años en tratar de compaginar su futuro como sector con el presente del sistema sanitario público”, tal y como subrayó el Director General de Farmaindustria, Humberto Arnés, durante la Conferencia Inaugural en el Symposium de la Asociación Española de Farmacéuticos de la Industria (AEFI).
Aunque el ritmo de crecimiento se ha ralentizado, “no han bajado los niveles de inversión, en el convencimiento de que la I+D es el motor de esta industria, de igual manera que tiene que ser el motor de nuestra economía como nación”, señaló.
“Existen pocos ejemplos de sectores, como éste, que reúnan tres palancas esenciales de la economía moderna: producción, investigación e internacionalización”, explicó Arnés, que defendió que la industria puede y debe constituirse en partner fundamental del Gobierno a la hora de garantizar lo que conforman los tres pilares básicos del sistema de salud de todo país desarrollado: sostenibilidad financiera, acceso a todos los ciudadanos y una actividad empresarial que contribuye a garantizar una repercusión positiva en nuestro PIB.
En este nuevo escenario, el DG de Farmaindustria aboga por establecer un entorno favorable a las actividades de investigación y considera necesario un mercado vertebrado y sin fragmentación regulatoria, en el que exista una definición nítida del reparto de competencias y un ejercicio escrupuloso de las asignadas a cada Administración. Eso es lo que hemos anotado ésta semana. Seguro.