BARTOLOMÉ BELTRÁN,
Jefe de los servicios
médicos de A3media
| viernes, 08 de mayo de 2015 h |

Los expertos confían en que
la nueva Agencia Estatal de Investigación contará con el buen uso de lo que ya está funcionando

Ha empezado el intento de llevarse, cada cual a su territorio político, en la acción de Gobierno, la investigación. Tenemos que hablar del supuesto noble por cada una de las partes aunque los egoísmos también tienen dimensiones positivas cuando se ejercen como proyectos que se trasladan a la dimensión pública y a la acción de Gobierno.

Puestas así las cosas, sabemos que el próximo martes la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, que es la responsable de las políticas de investigación científica y técnica, desarrollo e innovación, se reunirá con un grupo de especialistas de la investigación biomédica.

Hoy sabemos que la investigación en Ciencias de la Salud en España clásicamente se financia a través de dos mecanismos. De una parte, el Instituto Carlos III obtiene la mitad de sus fondos por medio de la Disposición Transitoria VI de la Ley de Uso Racional del Medicamento, es decir, de la contribución de la industria farmacéutica. Esa Farmaindustria que no deja de ser una auténtica “tricotosa”, hilvanando de manera pertinaz la sostenibilidad futura del Sistema Nacional de Salud. De otra parte, la otra mitad viene trasferida por el Ministerio de Economía. Todos estos montajes y aportaciones económicas nos llevan a unas cantidades que se aproximan a los doscientos millones de euros.

El centro de todas las batallas futuras puede estar en el Carlos III, del que quiero recordar que está adscrito orgánicamente al Ministerio de Economía y Competitividad (Real Decreto 345/2012) y funcionalmente, tanto a este mismo como al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (Real Decreto 200/2012), tiene como misión principal el fomento de la generación de conocimiento científico en ciencias de la salud y el impulso de la innovación en la atención sanitaria y en la prevención de la enfermedad.

Especialistas como el Dr. Alfredo Carrato, director del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria, han manifestado su inquietud por este asunto y han dicho, a quién les ha querido oír, que defienden “la existencia del Instituto Carlos III que ha sido capaz de estructurar y dotar a la comunidad científica de una serie de estructuras como las Redes de Investigación, como los CIBER (Centro de Investigación Biomédica en Red), como los Institutos de Investigación Acreditados, expertos agrupados y trabajando en red, que no queremos que desaparezcan si surge una nueva Agencia de Investigación”.

También dijo, el eminente oncólogo, que “el Instituto Carlos III ha sido una infraestructura muy útil de la estructuración de la investigación en España y para promocionar nuevos talentos”.

A pesar de las preocupaciones que han generado estos planteamientos en el ámbito de los recursos humanos en las plataformas de investigación, el Dr. Carrato dijo que “tenemos confianza en que la nueva Agencia Estatal de Investigación contemplará estas singularidades y hará buen uso de lo que ya está funcionando para sacar el máximo provecho de ello”.

Además, como en todo tipo de informes, en este caso se hace una referencia a los paralelismos con otros países, por eso Alfredo Carrato manifiesta que lo ideal sería preservar la trayectoria. “Tenemos los modelos de Estados Unidos, con el National Institutes of Health (NIH), y de Reino Unido, con el Medical Research Council (MRC), estructuras similares al Instituto Carlos III aquí en España”.

Quiero recordar que en la última reunión del Consejo Asesor de Sanidad el propio ministro adoptó una postura realista y pragmática ante la dependencia final de la investigación en España y vinimos a intuir que se trabaja en una batuta única. Seguro.