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médicos de A3media martes, 31 de marzo de 2015 h
Árboles como el plátano
de sombra en ciudades con contaminación elevada influye negativamente a los alérgicos
Hemos entrado en la primavera y como es costumbre anual, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) ha presentado las previsiones de índices de polen en esta estación del año.
Los doctores Joaquín Sastre, Ángel del Moral y Pilar Mur, miembros todos de la Seaic pronosticaron, según las cifras de granos por metro cuadrado de aire, una primavera de intensidad moderada en el centro peninsular; leve, tanto en la cornisa cantábrica como en el litoral mediterráneo; e intensa en el sur.
Los que somos alérgicos lo somos todo el año, pero la primavera es la primavera, ese período del año en el que los alérgicos tradicionalmente huíamos del campo. Sin embargo, ahora en las ciudades, a pesar de existir menos cantidad de pólenes que en las zonas rurales, las enfermedades alérgicas son cada vez más frecuentes.
Las enfermedades alérgicas en España afectan a un 33 por ciento de la población, es decir, a 16 millones de personas. Entre los alérgicos, aproximadamente la mitad, lo son a pólenes de plantas. Así, sabemos que la contaminación y la plantación de especies alergénicas pueden contribuir al aumento de la alergia en las ciudades porque las partículas diésel producidas por vehículos y calefacciones crean un ambiente hostil para las plantas, que generan polen con proteínas de estrés como mecanismo de defensa.
El Dr. Pedro Ojeda, alergólogo y director de la Clínica de los Doctores Ojeda, se dedica a la alergia desde hace 48 años y desde su experiencia clínica considera que se deben impulsar medidas de prevención y controles para la reducción de la emisión de contaminantes. Así, “el uso indiscriminado de árboles como el plátano de sombra en parques y jardines de grandes ciudades donde la contaminación es más elevada influye de manera negativa a los pacientes alérgicos”.
Hace décadas era una enfermedad poco frecuente. Ahora la alergia a pólenes puede afectar hasta al 40 por ciento de la población. Según el Dr. Ojeda, cada vez hay más alérgicos a cupresáceas y, en lo referido a la sensación de la población en este año, señala que los pólenes de primavera no se han adelantado. “El problema es que tradicionalmente los pólenes de cupresáceas están polinizando los meses de enero, febrero y bien entrado marzo y este año, con el tiempo tan frío que hemos tenido, las cupresáceas se han retrasado hasta prácticamente finales de febrero y marzo y han pegado una explosión al final”, explica.
La inmunoterapia o vacunación antialérgica debe considerarse siempre como una herramienta terapéutica de primer orden en el manejo de los pacientes alérgicos. “Es el único tratamiento que puede modificar la evolución natural de la patología alérgica. Por lo tanto, hay que valorar, a la hora de elegir un tratamiento diferente, todos los costes afectados”, apunta el Dr. Sastre.
Múltiples estudios fármaco-económicos realizados tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos, avalan la inmunoterapia subcutánea y sublingual como tratamiento coste efectivo de las enfermedades alérgicas.
En este sentido, la Seaic considera que controlar la contaminación podría mejorar la calidad de vida de los pacientes asmáticos, disminuir las hospitalizaciones y el gasto farmacéutico e incrementar el rendimiento laboral y escolar.
Autoridades, profesionales de la salud, enfermos y población general deberían concienciarse para medidas de prevención y controles para la reducción de la emisión de contaminantes. Es lo que hay. Seguro.