BARTOLOMÉ BELTRÁN,
Jefe de los servicios
médicos de A3media
| viernes, 18 de septiembre de 2015 h |

Actualmente
las enfermedades crónicas reciben el 80 por ciento
del gasto sanitario en España

La mejora en la atención a enfermos crónicos es una necesidad. Por eso un grupo de expertos ha propuesto una reforma de la atención a la cronicidad dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) para así hacer un uso más eficiente de los recursos disponibles, reducir los costes socio-sanitarios y mejorar la calidad asistencial.

Se trata de un informe realizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) con la participación de las Asociaciones para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón (Alcer), la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE) y la Sociedad Española de Nefrología (SEN), y con la colaboración de Fresenius Medical Care.

Actualmente las enfermedades crónicas reciben el 80 por ciento del gasto sanitario en España. Ante esta situación, proponen un “rediseño sanitario” y una mayor participación, intercambio, interoperabilidad y gestión clínica que incluya una transición demográfica, epidemiológica, terapéutica y asistencial, con la colaboración de gestores, enfermeros, profesionales, pacientes y administración.

“Es ineludible el papel del paciente experto, aquel que tiene el conocimiento y las habilidades para hacerse responsable de su salud, establecer un modelo deliberativo de relación con los profesionales que le atienden y así definir objetivos terapéuticos adoptados de forma compartida con los médicos. Se trata de un paciente formado para, a su vez, hacer de formador de otros pacientes en torno a la experiencia y conocimientos de su enfermedad”, explicó Alejandro Toledo, ex presidente de Alcer.

Entre las conclusiones del estudio destaca el dato de que la enfermedad renal es una de las patologías crónicas más prevalentes en España y que más recursos consume al sistema sanitario, ya que afecta a una de cada diez personas en España y el coste medio por paciente es seis veces superior a un paciente con VIH y veinticuatro veces superior a un paciente con asma o EPOC. Así lo detalló la presidenta de la Sociedad Española de Neurología (SEN), María Dolores del Pino. En este caso, la prevención y el diagnóstico precoz contribuyen a la sostenibilidad del sistema sanitario ya que entre un cuarenta y un setenta por ciento de la patología es parcialmente prevenible modificando los hábitos higiénico-dietéticos, cuidando la alimentación, controlando factores de riesgo y con prevención primaria y secundaria.

Los autores del informe proponen la creación de una agencia nacional que evalúe de forma sistemática, transparente y sin intereses partidistas cuáles son los resultados del presupuesto invertido en los servicios sanitarios en términos de salud, calidad, cobertura de los ciudadanos y eficiencia. Así, los profesionales sanitarios deben mostrar los resultados de la actuación y aceptar la evaluación y seguimiento para identificar áreas de mejora; y participar en las fases precoces para controlar el avance de la enfermedad.

Además, proponen que la Administración evolucione hacia un modelo de colaboración con sus socios tecnológicos para poner a disposición de los profesionales sanitarios y pacientes las mejores soluciones terapéuticas y garantizar la eficiencia y sostenibilidad del sistema. Es evidente que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) juegan un papel esencial no sólo como soporte del cambio organizativo, sino en la gestión y en la formación de los pacientes.

En definitiva, lo esencial es que hay que ir de la mano de un paciente activo, informado y partícipe de su propia gestión de la salud. Porque no cabe duda de que especialmente mediante actuaciones en los estilos de vida, también llamados determinantes de salud que inciden en su aparición y progresión, como dieta, ejercicio, tabaco y alcohol, se pueden prevenir las enfermedades crónicas y sus consecuencias. Es lo que hay. Seguro.