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Mª Antonia Gimon, miembro de la Junta Directiva de la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma), explica para Gaceta Médica que no son buenos tiempos para el movimiento asociativo de pacientes y considera que las administraciones sanitarias no escuchan a los pacientes.
Pregunta. ¿Podría ofrecer un balance del último año sobre la situación del colectivo de cáncer de mama?
Respuesta. El cáncer de mama, con 27.000 nuevos diagnósticos en España cada año, sigue siendo una enfermedad de fuerte incidencia. Somos conscientes de que ello conlleva un coste socioeconómico importante, pero también de que la mayor supervivencia al cáncer se obtiene con un diagnóstico precoz, con terapias adecuadas, con fármacos eficientes y aplicando innovación y nuevos conocimientos. No son estos los mejores tiempos que puede haber vivido la sanidad pública y la investigación. Tampoco son buenos tiempos para el movimiento asociativo de pacientes. Se habla y se decide sobre los pacientes, pero sin escuchar su opinión.
P. ¿Cómo ha sido afectado el colectivo representado por Fecma con las últimas medidas?
R. La congelación de las plantillas de los profesionales de la sanidad, las persistencia de las listas de espera, los recortes en los presupuestos de la sanidad pública (la reducción en gasto sanitario entre 2012 y 2013, prevista en el Plan de Estabilidad presentado por el Gobierno a las Instituciones de la UE, es de 7.185 millones de euros). Además las diferencias en inversiones según la Comunidad Autónoma, la exclusión de determinados colectivos del acceso a la sanidad pública, el copago farmacéutico que no es ni disuasorio ni recaudatorio, la disminución de fondos para la investigación, son algunos temas que afectan a todos los pacientes.
P. ¿Cuál es el aspecto que más os preocupa de cara a los tratamientos de esta patología?
R. Nos preocupa que se tarde excesivo tiempo en disponer del uso de un medicamento autorizado, por discrepancias en el precio entre las empresas farmacéuticas y las autoridades sanitarias. Nos preocupa que el Sistema Nacional de Salud no ofrezca hoy garantías suficientes para asegurar una asistencia oncológica equitativa desde el punto de vista territorial. Se dan escenarios diferentes no ya entre comunidades autónomas, sino también entre provincias e incluso, de un hospital a otro. No se trata de situarnos en un igualitarismo innecesario e imposible de alcanzar., pero la reivindicación básica es evitar discriminaciones territoriales con una misma Cartera de Servicios, y eso lo debe garantizar el Sistema Nacional de Salud. Lo que defendemos es la prescripción de los fármacos más adecuados para cada paciente. No es aceptable que se creen diferencias entre diferentes Comunidades Autónomas en el acceso a determinados medicamentos y a determinadas terapias y tratamientos.
P. ¿Cuál es la situación en cuanto al acceso a los tratamientos de cáncer de mama?
R. El objetivo deseable y lógico es que las prestaciones sanitarias sean homogéneas en todas las Comunidades Autónomas. Es cierto que los tratamientos innovadores y los nuevos fármacos tienen, en ocasiones, un coste económico elevado. Los pacientes somos conscientes de ello. Esas nuevas realidades deben formar parte del debate político y social, sin demagogias ni cartas ocultas, para que la sociedad, de la que forman parte los pacientes, conozca y decida sobre qué sanidad quiere ahora y en el futuro.
P. ¿En el marco del día mundial que acciones han tomado?
R. Reclamamos que los ajustes presupuestarios no pongan en riesgo la equidad del SNS. Reiteramos la urgente necesidad de que existan registros poblacionales homogéneos y actualizados de cáncer, para disponer de datos exactos sobre la enfermedad, para abordar específicamente determinados casos, y para desarrollar políticas de prevención y salud pública, entre otras. Hoy reiteramos la misma defensa, insistiendo en que deben ser programas promovidos y gestionados directamente por el SNS. Reivindicamos una medicina personalizada, la progresiva implantación de unidades de mama en la red de hospitales públicos con equipos multidisciplinares e insistimos en nuestros derechos.