“Un estudio etnográfico sobre la vivencia del día a día de los pacientes que sufren espasticidad después de un ictus”. Así presentó Roser Garreta, jefa del Servicio de Rehabilitación de la Mutua de Terrassa, el trabajo que han realizado en su centro con estos pacientes. Un original enfoque que ha consistido en que las personas que han sufrido un ictus graben con una cámara de vídeo diferentes momentos de su vida cotidiana. Una aproximación que, según Garreta, permite “identificar los insights derivados de la espasticidad e identificar soluciones concretas para los problemas que sufren los pacientes y mejorar la calidad asistencial”. En este estudio participaron once personas “con una elevada capacidad comunicativa que se grababan varias horas al día”, explicó Garreta. Los pacientes habían recibido un guión previo elaborado por los especialistas para que grabaran momentos de su cotidianeidad especialmente relevantes para la enfermedad.
De este modo, comentó Garreta, pudieron constatar que el ictus “supone un radical cambio en la vida de los pacientes y de sus cuidadores”. Asimismo, también permitió observar que la percepción de la calidad de vida de los pacientes se incrementa de forma significativa después del ingreso y que, posteriormente, “se estabiliza”.
Gracias a este estudio etnográfico, señaló Garreta, se han identificado “los principales puntos para mejorar la calidad asistencial”. Uno de los objetivos inmediatos de la Mutua de Terrassa es crear una página web que integre información sobre la enfermedad y formación sobre la rehabilitación que sea útil para los pacientes pero también para sus cuidadores, “así como trucos para facilitar su vida diaria”, apuntó Garreta.