38º Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol
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A la espera de que salgan los últimos datos de dos ensayos fase III, los resultados con esta inmunización terapéutica son esperanzadores
Será terapéutica (no preventiva) y los estudios han demostrado que la mejor respuesta inmune se obtiene después del primer mes
E. Sainz Corada
Madrid
La investigación de las inmunoterapias para los trastornos provocados por las drogas se ha extendido mucho en los últimos años, probando varios anticuerpos monoclonales y vacunas para el tratamiento de la adicción. En la literatura científica hay estudios de anticuerpos monoclonales probados contra el consumo de opiáceos, fenciclidina y metanfetamina, y vacunas contra la adicción a la nicotina y la cocaína.
Algunos se han comprobado a nivel preclínico y otros ya se han comprobado en ensayos clínicos de doble ciego fase III. Los anticuerpos contra la metanfetamina, la morfina y la fenciclidina están en la fase preclínica de desarrollo. Y las vacunas contra la nicotina y la cocaína se han probado en ensayos clínicos con resultados esperanzadores.
Pero la inmunoterapia que ha alcanzado una fase más avanzada de evaluación es contra la nicotina. Tanto es así que, como explicó Iván Montoya, director clínico de Farmacoterapia del Instituto Nacional sobre la Drogadicción de Estados Unidos (NIDA, en sus siglas en inglés) con motivo de las Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol, el próximo año podría aprobarse en ese país el uso de la primera vacuna terapéutica contra la nicotina, si bien a España, según prevé, no llegaría hasta 2013.
A la espera de que salgan los últimos resultados de dos estudios en fase III, con mil pacientes cada uno, que evalúan la eficacia de un nuevo compuesto, “evita los efectos positivos de la droga haciendo que no pase la barrera hematoencefálica”, explicó Julio Bobes, presidente de Socidrogalcohol. “En dos años quizás ya esté ya disponible”, continuó.
Desarrollada por Nabi Biopharmaceuticals, utiliza como proteína portadora una exoproteína A recombinante Pseudomonas aeruginosa, una exotoxina que se ha convertido en no tóxica por eliminación de aminoácidos. Bloquean la entrada de nicotina en el cerebro e impiden la unión de la nicotina con los receptores acetilcolino-nicotínicos (nAChRs) en el cerebro, así como la liberación de dopamina en el sistema de recompensa mesolímbico y de las vías no mediadas por la dopamina, como el glutamato y el GABA (ácido gamma-aminobutínico), y los receptores cannabinoides.
La duración del tratamiento es de seis meses e incluye varias inyecciones, si bien los estudios han demostrado que la mejor respuesta inmune se obtiene después del primer mes, a partir del cual “el individuo ya está en condiciones de dejar de fumar”, dijo Montoya.
Vacuna contra la cocaína
Esta vacuna sería terapéutica y no preventiva, de modo que ayudaría a las personas ya fumadoras a curar su adicción siendo el procedimiento para su desarrollo similar al que se está utilizando para el de otras vacunas terapéuticas contra otras sustancias adictivas, como la de la cocaína.
Precisamente sobre los últimos avances en esta vacuna se habló también y, tras unos resultados preliminares algo decepcionantes, (el estudio realizado por el Departamento de Medicina de la Universidad de Yale probó la vacuna durante 24 semanas en un estudio con 115 personas adictas y de los 55 que recibieron todas las dosis, sólo el 38 por ciento generó niveles de anticuerpos de 43 microgramos o más por mililitro, y el efecto sólo se prolongó durante dos meses, según publicó Archives of General Psychiatry), parece que “se ha mejorado la potencia calidad de esa vacuna —asegura Bobes—. El tamaño de efecto antes era moderado pero ahora éste se ha mejorado”.
Actualmente hay un ensayo clínico en marcha en Estados Unidos con unos 300 individuos, en el que se evalúa la eficacia de una vacuna que, en lugar de una bacteria, incorpora un adenovirus. “Parece que es muy inmunogénica, con mucha capacidad para producir anticuerpos, por lo que si funciona habría una nueva alternativas para los adictos a esta sustancia”, reconoció Montoya.
Contra el alcoholismo
Además de la inmunización el tratamiento farmacológico de las adicciones es otra alternativa con la que se busca paliar sus efectos a través de distintas terapias.
Josep Guardia, del Hospital Sant Pau y Santa Creu de Barcelona presentó una revisión actualizada de las evidencias clínicas sobre la utilidad de los fármacos antagonistas opioides (como naltrexona), tanto en programas orientados hacia la abstención continuada como en los que tienen por objetivo la reducción del consumo de alcohol concluye que éstos tienen una eficacia pequeña o moderada. “Tras un periodo de abstención los pacientes presentan una tendencia a la recaída tanto mayor cuanto más elevada es la gravedad de su dependencia”, asegura Guardia, autor de la revisión y también vicepresidente de Socidrogalcohol.
A pesar de ello los antagonistas opioides “podrían abrir la puerta a un nuevo enfoque del tratamiento del alcoholismo orientado hacia la reducción continuada de su consumo en pacientes de baja gravedad”, concluye.