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El acuerdo firmado este verano por el Ministerio de Sanidad y el Foro de la Profesión Médica continúa causando estragos (Ver número 477). Si la semana pasada eran CC.OO. y CSI-F los que expresaban su malestar por el documento, esta vez el turno es para CESM. Al parecer la firma del texto no es plato de buen gusto para muchos de los sindicatos médicos autonómicos que integran la confederación. Tanto es así, que hasta algunos han amenazado con retirarse de la organización si la situación no cambia, y CESM parece inmersa en una grave crisis interna de la dirección nacional de la confederación.
Aunque Andalucía, Castilla y León, Canarias y Galicia se opusieron a la firma en la Ejecutiva extraordinaria que convocó CESM, hace un mes, Asturias, Baleares y Valencia abanderan el malestar generalizado en varias delegaciones autonómicas por el contenido de un acuerdo que “supone un brindis al sol, en un invierno caliente si continúa esta situación”, ha vaticinado Andrés Cánovas, secretario general de CESM-Valencia a GACETA MÉDICA. De este modo, el que fuera presidente nacional de CESM apuesta por reformar la organización más que por el abandono de la misma. Para estos sindicatos el gérmen del conflicto surgió cuando se convocaron los dos comités extraordinarios para votar a favor o en contra del pacto. Las tres organizaciones coinciden en que la dirección nacional asumió sin el debate previo y con una mayoría insuficiente, el acuerdo “teniendo en cuenta la gran trascendencia de lo firmado”, comenta Isidro Torres, presidente de CESM-Baleares.
Del mismo modo, a pesar de que en el último borrador del Foro se incluían cuestiones propuestas por todos los sindicatos autonómicos en ambos comités extraordinarios, “existen puntos en el documento que nos hacen dudar a largo plazo”, explica Torres. De este modo, Cánovas desonfía de la intención negociadora de la Adminsitración y advierte de que no aparece ninguna claúsula en el texto, donde se prometa el cumplimiento de las propuestas. A su vez, el secretario valenciano apunta a que el informe aborda cuestiones laborales y retributivas de los profesionales, algo que “atenta contra la negociación colectiva y los órganos constituidos para ello”. En este sentido, recuerda que CSI-F y CC.OO. han impugnado la firma y está convencido de su aprobación por el tribunal.
En este entramado, las organizaciones coinciden en que esta firma ha significado un cambio en la relación de fuerzas a nivel nacional, con varias cuestiones en la cuerda floja que no convence a los afiliados, como por ejemplo, el régimen jurídico propio o el sistema de gestión flexible, ambos incluidos en el documento final.
Por su parte, el sindicato médico asturiano (Simpa) ha indicado que el convenio vulnera los derechos de los médicos, en dos cuestiones, por un lado el cambio en el régimen jurídico, y por otro lado, en el sistema de gestión flexible.
El sindicato acusa a CESM de firmar un acuerdo donde la mitad de las organizaciones autonómicas votaron en contra y advierte de que el foro no deja de ser un órgano de “quita y pon” sin competencias de actuación. En este sentido, Antonio Matador, secretario general de la organización, no descarta salir de la confederación médica. De momento, Simpa ha convocado un comité ejecutivo para este martes donde se abordará este debate y se procederá a la votación sobre la permanencia en CESM.
Próximos movimientos
Mientras, Francisco Miralles, secretario general de CESM, asume el malestar de los sindicatos aunque recuerda que no hay nada improcedente en el resultado, ya que la votación dió el visto bueno a la firma. Miralles confirma un próximo encuentro nacional a finales de septiembre con todos los integrantes para aclarar los desencuentros. El portavoz del foro se muestra confiando en que el Gobierno mantenga su compromiso puesto que considera que el acuerdo es interesante para la Sanidad.
Al margen de conflictos, l as reacciones del Foro no se han hecho esperar y los representatnes se reunían la semana pasada para poner fecha y fijar plazos de actuación cuanto antes, sobre todo, en lo que respecta a la integración en el régimen estatutario a los médicos titulares y a los de cupo y zona. De este modo, los representantes de la profesión pretenden calmar los ánimos para demostrar que el acuerdo se pondrá en marcha lo antes posible.