encuentro/ Sanidad no responde a la incertidumbre sobre el futuro de los docentes

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El tutor troncal no cuenta con medios para asumir sus nuevas responsabilidades

Los docentes proponen incluir los valores y actitudes como elemento estratégico

| 2010-09-24T17:22:00+02:00 h |

MÓNICA RASPAL

Madrid

El desarrollo del futuro decreto de troncalidad, que reorganizará la formación especializada de los médicos, es un camino que se presenta lleno de incertidumbres para los docentes y, por el momento, desde el Ministerio de Sanidad tampoco parecen tener respuestas para despejarlas. Así quedó patente durante la intervención del subdirector general de Ordenación Profesional, Juan Antonio López Blanco, en el VIII Encuentro de Tutores, Jefes de Estudio y Docentes, organizado la semana pasada en Mahón (Menorca).

El representante ministerial no sólo no resolvió ninguna de las dudas que le plantearon los participantes en las jornadas sino que se limitó a remitirles al documento de trabajo elaborado por el grupo de troncalidad y al proyecto de real decreto que se dio a conocer en julio, sin aclarar siquiera los cambios que puede experimentar éste en los próximos meses. Tal y como ha explicado a GACETA MÉDICA, Fernando Pérez Iglesias, presidente de la entidad organizadora del evento, la Asociación de Redes Docente y Asesoras (Areda), López Blanco agradeció los aspectos planteados y aseguró que, dado que existe una gran voluntad tanto de las comunidades autónomas como de los centros docentes, todas las dudas y problemas se irán resolviendo, lo que causó cierta “decepción” en los asistentes.

Éstos reclamaron de nuevo que se reflexione profundamente sobre el papel del tutor si el objetivo es desarrollar la troncalidad de forma adecuada y no dejar que se quede en un “brindis al sol”. Pérez Iglesias explica que la nueva organización formativa va a suponer la creación de unidades docentes troncales en las que habrá un tutor troncal que tendrá que ocuparse del control y la formación de residentes que no pertenecen sólo a su servicio sino que rotan por diferentes, lo que exige de él que tenga tiempo, recursos y reconocimiento propios. Sin embargo, existe una importante desilusión entre los tutores desde la aprobación del decreto formativo MIR del 2008 que les reconoció una serie de funciones que sólo Castilla y León y Cataluña han desarrollado con normativas específicas, mientras que en el resto existen borradores sin publicar y pendientes de la valoración de los servicios jurídicos.

El presidente de Areda apunta que este desánimo se va a agudizar con la troncalidad, pues para poder formar en competencias transversales los tutores tendrán que asumir una serie de responsabilidades organizativas y de gestión de las unidades docentes que estarán por encima del ámbito de su propio servicio. En su opinión, éstos no tienen recursos, por ejemplo, para organizar cursos de formación, y menos en en contexto actual de recortes económicos. “Si no hay respaldo detrás, es legislar para nada”, incide.

Por otra parte, la formación de los residentes en actitudes y valores es un elemento importante y estratégico para los docentes y a ello dedicaron uno de los grupos de trabajo del encuentro. Según Pérez Iglesias se trata de una de las principales competencias que deben adquirir los MIR a lo largo del proceso formativo, especialmente en un momento de gran tecnificación de la Medicina, y debe estar asentada en conceptos básicos como el trabajo en equipo, los problemas del paciente y su familia, la orientación de la asistencia a resultados, el cuidado de las cualidades humanas y profesionales y el aprendizaje y la mejora constante, entre otros. “Se trata de transmitirlos al residente desde el primer día y que impregne toda su etapa formativa. Eso sí, aún hay que ver cómo lograr que las comisiones de docencia los desarrollen en sus planes de formación como un elemento fundamental y estratégico”, aclara.

Otro de los grupos de trabajo del encuentro se encargó de analizar las dificultades de aplicación de la resolución de rotaciones de las distintas especialidades en atención primaria, pues los tutores de esta área van a tener problemas para conseguir absorber a todos los residentes. Para Areda se trata de una norma interesante porque está relacionada con la continuidad en la asistencia que se centra en el primer nivel en un 80 por ciento, mientras que la hospitalaria es un hecho puntual, limitado en el tiempo y cuyo paciente retorna a la primaria. “Que los MIR de hospital conozcan los recursos y dificultades de los médicos de AP para seguir el tratamiento que le han prescrito en nos parece muy importante y defendemos que se mantenga”, expone.