26º CONGRESO de la asociación europea de urología (EAU)
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El tratamiento con dutasterida y tamsulosina es la única terapia con un nivel de evidencia 1b con beneficio en HBP de moderada a grave
Ha reducido en un 66% el riesgo de RAO o de cirugía relacionada con hiperplasia benigna de próstata frente a tamsulosina
josé garcía
Enviado especial a Viena
El avance en el conocimiento y manejo de la hiperplasia benigna de próstata (HBP) en los últimos diez años centró gran parte de los debates que especialistas de todo el mundo mantuvieron durante el 26º Congreso Anual de la Asociación Europea de Urología (EAU), que acaba de celebrarse en Viena. Los expertos concluyeron que ahora se conoce mejor que la terapia combinada como tratamiento de inicio con un inhibidor de la 5-alfa-reductasa (5ARI) y un alfa bloqueante juega un importante papel en el manejo del varón con HBP frente a monoterapia, tal y como han puesto de manifiesto primero el estudio Mtops, y después en 2010 el CombAT (Combination therapy with Avidart and tamsulosine), el mayor estudio por número de pacientes de este tipo realizado durante cuatro años, publicado en la revista European Urology.
Durante un debate —realizado con la colaboración de la farmacéutica GSK— sobre nuevas evidencias que apoyan la mejora en el manejo clínico de la HBP, Mark Emberton, responsable de Oncología Intervencionista y Cirugía Urológica de la Universidad de Londres, concluyó que la terapia combinada con dutasterida y tamsulosina es el único tratamiento con un nivel de evidencia 1b que beneficia a los varones con sintomatología de moderada a grave, volumen de próstata mayor o igual a 30 ml y el nivel del antígeno prostático específico (PSA) mayor o igual a 1,5 ng/ml. Además, las guías de la Asociación Europea de Urología y el NICE británico recomiendan que se ofrezca esta terapia, plenamente establecida en España, al paciente.
Tras la evidencia clínica que aportó el estudio CombAT, Emberton destacó que uno de los aspectos más relevantes ha sido la posibilidad de estratificar al paciente. “Hasta hace poco tratábamos a todos los pacientes igual, con alfa bloqueantes. Y lo que CombAT nos ha enseñado es que hay pacientes con HBP con riesgo de retención aguda de orina (RAO) o de cirugía que se pueden tratar muy bien con terapia combinada”, indicó. Además, según dijo, “antes tratábamos la HBP con alfa bloqueantes en pacientes que no iban a mejorar. Ahora la tratamos con terapia combinada (dutasterida más tamsulosina) con una mayor eficacia en pacientes que sí tienen la posibilidad de mejorar, lo que redunda en una disminución del gasto sanitario”.
Emberton hizo hincapié en que esta terapia combinada ha reducido en un 66 por ciento el riesgo de RAO o de cirugía relacionada con HBP frente a tamsulosina, reducción que fue del 20 por ciento al compararse con dutasterida en monoterapia. Asimismo, el riesgo de progresión clínica de la HBP con la terapia combinada (dutasteride más tamsulosina) se redujo en un 44 por ciento comparado con tamsulosina en monoterapia y en un 31 por ciento comparado con dutasterida en monoterapia.
Emberton también señaló que esta terapia combinada mejora los síntomas como la necesidad de miccionar con frecuencia, la nocturia o el chorro de orina débil e interrumpido, y descartó que haya más efectos adversos, como disfunción sexual, con la terapia combinada que con monoterapia. En este punto, abogó por educar al paciente. “El papel del médico de primaria también es clave, incluso en Reino Unido las enfermeras tratan a estos pacientes con los datos facilitados”, precisó. El corto plazo, a su juicio, pasa ahora por ver si se producirán interacciones con otros fármacos en pacientes polimedicados.
En la misma línea, José Manuel Cózar, jefe del Servicio de Urología del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, insistió en que esta terapia combinada “hace que la enfermedad no progrese y que el paciente no termine necesitando cirugía”. “Cuando no teníamos estas moléculas, había unos tratamientos que derivaban de la fitoterapia que eran poco efectivos, mantenían al paciente con más o menos sintomatología, pero al final acababan en cirugía”, dijo. Los alfa bloqueantes son cada vez más uroselectivos y, entre los 5ARI, la dutasterida es “más potente” que la finasterida “porque inhibe también la enzima que convierte la testosterona en dihidrotestosterona”, señaló Cózar.
Por su parte, Jack Barkin, director del Departamento de Cirugía en el Hospital Humber River de la Universidad de Toronto (Canadá), aludió a la buena tolerancia de la terapia combinada con dutasterida y tamsulosina durante los cuatro años que duró CombAT, así como a los efectos adversos, que concordaron con la monoterapia, y la mejora de la calidad de vida de los pacientes, que, según Barkin, en un alto porcentaje reclamaban a los cuatro años la terapia combinada frente a cualquier monoterapia.