20º Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS)

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Audipoc refleja que se debe mejorar la atención en el ámbito extrahospitalario, con asistencia domiciliaria y plataformas tecnológicas

La media de mortalidad en España durante el ingreso por exacerbaciones es de un 5%, cifra que crece hasta casi el 12% a los tres meses

| 2010-09-24T17:13:00+02:00 h |

La medida de prevención clave para evitar el cáncer de pulmón es eliminar el hábito de fumar, y por si quedaba alguna duda un estudio con 3.885 pacientes realizado en Estados Unidos, con participación española, revela que el 92 por ciento de los pacientes de cáncer de pulmón son fumadores activos o pasivos. El 8 por ciento restante halla el origen de su enfermedad en la predisposición genética.

Laureano Molins, jefe de cirugía torácica del Hospital Clínic de Barcelona, subrayó que este trabajo, CanCORS, “eleva a nivel estadístico la relación entre tabaco y cáncer de pulmón”. En cuanto a los pacientes con vulnerabilidad genética, el experto destacó que “presentan tumores más pequeños y de mejor pronóstico, y mueren un 13 por ciento menos que los fumadores”.

Cecilia Ossorio

Barcelona

En la actualidad no se lleva a cabo, pero la asistencia domiciliaria (incluso hospitalización domiciliaria) es el gran reto para optimizar la asistencia y la calidad de vida del paciente con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) grave. Así se concluye del estudio Audipoc, la mayor auditoría que se ha realizado en España sobre el tratamiento y manejo clínico que reciben estos pacientes una vez ingresados en el hospital. Ha estudiado al 75 por ciento de la población española y en él han participado 131 hospitales.

Sus resultados, presentados durante el 20º Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS, en sus siglas en inglés), revelan que el 66 por ciento de los pacientes que ingresan con exacerbaciones son EPOC graves o muy graves, siempre fumadores. Como detalló Francisco Pozo, director de este proyecto y subdirector del Ciber de enfermedades respiratorias (Ciberes), el perfil corresponde fundamentalmente a hombres que presentan otras enfermedades asociadas —si bien el número de mujeres ha crecido y hoy es del 12 por ciento debido al hábito tabáquico—. Son pacientes “frágiles”, el 4,6 por ciento fallece durante el ingreso y la mortalidad total a los tres meses del ingreso es del 11,3 por ciento. Además, el 37 por ciento reingresa al cabo de 90 días.

Según destacó Pozo, la asistencia domiciliaria es la promesa futura, y no sólo realizada por personas físicas, sino mediante telemática. “De hecho tenemos en marcha un proyecto, la cohorte española de EPOC avanzada, y uno de los subproyectos consiste en el seguimiento mediante una plataforma tecnológica de estos pacientes mes a mes”.

Ahora, los responsables de Audipoc comienzan un estudio piloto a nivel europeo, en colaboración con el grupo británico, en el que participarán 18 países. Llamado COPD Audit, está avalado en parte por la ERS, que aportará 200.000 euros.

Humo y disfunción muscular

Por otro lado, un trabajo desarrollado por el Ciberes, que ha coordinado Esther Barreiro, concluye que la exposición crónica al humo del tabaco daña las fibras musculares de los fumadores y oxida las proteínas del músculo, provocando así pérdida de la capacidad motora.

Así, la población fumadora inicialmente “sana” tiene las mismas probabilidades de padecer disfunción muscular que la que ya presentan alguna enfermedad cardiovascular. Según subrayó Barreiro, “esta última investigación se ha realizado con ratones expuestos al humo de manera prolongada, lo que indica que los fumadores pasivos también pueden llegar a perder función muscular”.