Oncología/ Presentan el 2º Consenso sobre biopsia selectiva del GC en cáncer de mama

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Los expertos cuestionan los resultados del estudio que desaconseja la lifadectomía

Entre las nuevas indicaciones está su uso en mujeres gestantes o con cirugías previas

| 2011-04-20T15:06:00+02:00 h |

E. Sainz Corada

Madrid

El momento no podía ser más adecuado. Tras la controversia suscitada sobre la utilidad y eficacia de la técnica de vaciado axilar para el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama como consecuencia de la publicación de un estudio —en JAMA en febrero de este año— tuvo lugar la presentación del “2º Consenso sobre la biopsia selectiva del ganglio centinela en el cáncer de mama”, redactado por la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria (Sespm), y en el que se reafirma que esta técnica “es el procedimiento más adecuado para seleccionar el grupo de pacientes susceptible de cirugía axilar conservadora”, asegura Carlos Vázquez, presidente de la Sespm.

Coincide este documento con un reciente ensayo que está teniendo bastante repercusión pues asegura que extraer los ganglios cancerosos de la axila no aporta ningún beneficio y sí un elevado número de complicaciones, como infecciones y linfedema. La linfadenectomía está recomendada en casos de macro y micro metástasis.

“El trabajo de Giuliano [el autor del estudio] presenta muchos problemas metodológicos. Está muy bien diseñado y con un número de pacientes suficiente pero con un seguimiento corto (sólo cinco años) y brazos muy diferentes a los publicados anteriormente. Y tiene, al menos, 22 debilidades estadísticas”, continúa el experto.

En cualquier caso, puntualiza Julia Giménez, especialista de Cirugía General del Instituto Valenciano de Oncología, “no pone en duda la técnica del ganglio centinela, sino la necesidad de completar la linfadenectomía en casos con ganglio afecto”, explica, si bien estima que el estudio “está sesgado”.

Novedades 2011

Entre las nuevas indicaciones para la técnica recogidas en esta actualización destaca su uso en mujeres gestantes o puérperas lactantes “previa retirada de la lactancia 24 horas”. Asimismo se recomienda utilizar la mínima dosis posible y el mismo día de la cirugía. También en los casos de cirugía mamaria plástica (de aumento o reducción), así como en pacientes con cirugía conservadora previa por carcinoma donde “no existe evidencia para contraindicar” si bien en el último supuesto se aconseja valoración individual; y en los de tumores multifocales y en los multicéntricos “es aceptable con nivel de evidencia IV”.

Ello es gracias a los avances tecnológicos, entre los que Sergi Vidal-Sicart, del Departamento de Medicina Nuclear del Hospital Clínico de Barcelona, destacó la incorporación del TAC o gamma-cámaras al proceso, lo que ha repercutido en una mayor rapidez y eficiencia en el diagnóstico.

Y es que las técnicas convencionales sólo permitían analizar una parte del ganglio extraído durante la intervención, lo que se traducía en falsos negativos intraoperatorios que podían alcanzar, en algunos casos, el 40 por ciento. Ello significaba que, en un porcentaje importante de pacientes, debía completarse la cirugía sobre la mama en un segundo tiempo, al obtener el diagnóstico definitivo del tejido ganglionar restante, con la linfadenectomía axilar.

“Por suerte —asegura Laia Bernet, jefa del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital de Xátiva y una de las autoras del documento— desde hace un tiempo podemos hacer el diagnóstico molecular del ganglio centinela, con el que hemos conseguido obtener en un tiempo muy corto, compatible con el tiempo quirúrgico del cirujano, un diagnóstico de elevadísima fiabilidad y muy estandarizado, es decir, que ya no depende de la experiencia del especialista que lo evalúe”. Se trata de la técnica OSNA (One Step Nucleic Acid Amplification, en sus siglas en inglés), gracias a la cual “hemos podido reducir las segundas intervenciones a virtualmente cero. Ya no tenemos segundas intervenciones para la axila en el cáncer de mama”, concluye la especialista.