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Con la salida de la consejera de Salud catalana el término ‘copago’ se desvanece
CiU hereda tareas pendientes como el modelo retributivo y más gestión del clínico
C. Ossorio
Barcelona
Tras el triunfo de Convergencia i Unió (CiU) en las elecciones catalanas, las quinielas sobre quién dirigirá las riendas de la Consejería de Salud están abiertas. Marina Geli se despide tras siete años en el cargo pero todo apunta a que, ejerciendo en funciones, mantendrá un alto nivel de actividad hasta el último momento.
Tanto es así que a dos días de las elecciones el Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya publicó un decreto que entrará en vigor el 22 de diciembre, por el que se modifica la estructura de los órganos centrales del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut). Por ejemplo, las tres áreas actuales (de Servicios y Calidad, de Recursos y de Patrimonio e Inversiones, establecidas en 2005) se reorganizarán en dos (Área Sanitaria y Económica y de Patrimonio).
Geli puso sobre la mesa el tema de la sostenibilidad y habló sin tapujos del políticamente temido copago. De su gestión, ella misma destaca el Plan de Salud de Cataluña, los planes directores de diferentes enfermedades, el mapa sanitario, la Agencia de Salud Pública de Cataluña, la creación de 37 gobiernos territoriales de salud o el Plan de Innovación de Atención Primaria.
Para Miquel Vilardell, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), Marina Geli “ha dejado un sistema sanitario preparado para el futuro”. Como destacó, “a Geli le tocó vivir una época en la que se incrementó en un millón el número de tarjetas sanitarias, sin que hubiera aumento de presupuestos. Esto demuestra eficacia”. A su juicio, ahora no es momento de hablar de copago. Cree que habría que cambiar el término por corresponsabilización, cuando el presupuesto obligue a dejar servicios fuera de la cartera. Esto es algo a lo que hacía alusión CiU durante los debates previos a las elecciones.
Vilardell también valoró la voluntad de diálogo de Geli con todos los sectores, algo en lo que coincide Antoni Gallego, secretario general del sindicato Metges de Catalunya. Sin embargo, desde MC concluyen que su mandato ha sido “desilusionante”, ya que no ha materializado “las demandas básicas del profesionalismo médico”. Así, ha dejado pendientes el convenio propio y el nuevo modelo retributivo que tenga en cuenta el desarrollo profesional continuo.
Tareas del nuevo gobierno
Al nuevo gobierno, Metges le reclama “más capacidad innovadora” para lograr este convenio que lleva años persiguiendo, si bien es algo a lo que CiU no se comprometió en los debates pre-electorales. Vilardell añade que tendrán que encajar el papel de la medicina privada con la pública, una misión que CiU ya destaca en su programa. Además, el partido promete reforzar el papel de la atención primaria dotándola de mecanismos para la compra de servicios, así como implicar a los clínicos en la gestión.
En términos de sostenibilidad, tan sólo se prestan a “garantizar el mantenimiento en términos reales de los recursos económicos destinados al sistema sanitario” y a “mejorar la eficiencia” con una nueva gestión, más separada de las funciones del Gobierno.
El nuevo consejero tendrá que lidiar con un déficit sanitario de 500 millones de euros. De momento lo único que parece seguro es que será un médico “independiente”. Se barajan nombres como el de Boi Ruiz, presidente de Unión Catalana de Hospitales; Francesc Sancho, hasta ahora portavoz de Sanidad de CiU; Cristina Iniesta, número 15 en la lista de candidatura de Artur Mas; Miquel Vilardell —que aseguró a este periódico que no ha recibido ninguna propuesta—, el vicepresidente del COMB, Jaume Padrós, o el consejero del Banco de España, Guillem López Casasnovas.