| viernes, 15 de noviembre de 2013 h |

Con motivo de la celebración del Día Europeo para el Uso Prudente de Antibióticos el 18 de noviembre, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) advierte del riesgo de desarrollar bacterias resistentes por el uso incontrolado e indiscriminado de antibióticos, lo que conlleva una mayor probabilidad de desarrollar resistencias. Precisamente, uno de los principales objetivos del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos es la concienciación de la población sobre los riesgos que conlleva un mal consumo de estos productos, ya que se compromete gravemente la eficacia del tratamiento de las infecciones producidas por bacterias resistentes, lo que retrasa y dificulta la curación del paciente.

En palabras de Jesús Oteo, experto de la Seimc e investigador titular del Laboratorio de Antibióticos del Centro Nacional de Microbiología, “el tratamiento con antibióticos inadecuados, a los que la bacteria es resistente, y el retraso en el inicio del tratamiento antibiótico adecuado en pacientes con infecciones graves, está relacionado con una peor evolución clínica y, en ocasiones, con la muerte. Además, gran parte de las técnicas y procedimientos de la medicina actual (cirugía mayor, tratamientos contra el cáncer, trasplantes de órganos) no serían posible sin la cobertura de antibióticos eficaces”.

Una labor de concienciación que sigue siendo necesaria a día de hoy ya que, según la red de vigilancia europea EARS-Net del ECDC, España es uno de los países europeos con mayores tasas de resistencia a las fluoroquinolonas en la Escherichia coli, bacteria que provoca con frecuencia infecciones urinarias, y que en 2012 superaba cifras del 35 por ciento. También es importante resaltar que el número de infecciones producidas por bacterias como Klebsiella pneumoniae o Pseudomonas aeruginosa resistentes a la gran mayoría de los antibióticos disponibles ha aumentado en España y otros países europeos durante los últimos años. Por otro lado, los gastos anuales por prolongación de la estancia hospitalaria y pérdidas de productividad por este motivo en Europa se estiman en unos 1500 millones de euros.

Entre las principales causas de un consumo inadecuado de antibióticos se encuentran su uso en infecciones respiratorias producidas por virus y su utilización en dosis y tiempos inapropiados. Según Oteo, “el autoconsumo, principalmente el consumo sin receta médica y la utilización de antibióticos sobrantes de tratamientos previos, son causas importantes de la aparición de resistencias”. Según recomendaciones de la UE y la OMS, la lucha contra la resistencia debe ser una prioridad nacional, por lo que es necesaria la puesta en marcha de intervenciones multilaterales con implicación tanto de los profesionales sanitarios, de los pacientes y de la población general y de las autoridades. En este sentido la educación y la concienciación son elementos clave.

En los últimos años se ha producido una importante reducción en la comercialización de nuevos antibióticos. El número de nuevos antibióticos en investigación es escaso debido, en gran parte, a su relativa baja rentabilidad en comparación a otros fármacos usados frente a patologías crónicas. “La presencia de una bacteria multiresistente disminuye las opciones terapéuticas y, por tanto, las posibilidades de elegir un tratamiento antibiótico correcto”, explica Oteo. “Con frecuencia, las únicas alternativas terapéuticas disponibles son las combinaciones de varios antibióticos o la utilización de antibióticos antiguos, que se desarrollaron hace décadas, y cuyo uso se limitó debido a los efectos secundarios nocivos para la propia salud del paciente”.

Concienciados también con este tema, la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), que tiene décadas de experiencia investigadora acerca de las infecciones y resistencias bacterianas gracias a su Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas y Sepsis (GTEIS), presentará el próximo 22 de noviembre un proyecto nacional, con la colaboración del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales, para reducir las resistencias bacterianas durante los próximos años. En el proyecto, denominado “Resistencia Zero”, participarán más de 200 Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de España