Almudena Fernández Madrid | viernes, 03 de junio de 2016 h |

Destacar el valor añadido que se está aportando desde los servicios de farmacia hospitalaria con los medicamentos de dispensación hospitalaria (DH) en la atención a los pacientes externos fue uno de los objetivos de Miguel Ángel Calleja, presidente de esta Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), durante su participación en 7º Congreso Nacional de Farmacia Comunitaria, organizado por la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), tal y como explicó a este suplemento. La FH ya que atienden a más de 774.000 pacientes diferentes al año, con más de tres millones y medio de consultas externas realizadas con estas personas y con una satisfacción por parte de ellos de un 93 por ciento, según una encuesta realizada por la SEFH.

Al mismo tiempo, Calleja abogó por un trabajo colaborativo con la AP, que podría mejorar la atención a algunos pacientes que necesiten disponer de la medicación en un entorno más cercano a su domicilio, algo “totalmente alineado” con las políticas actuales de acercar el hospital al domicilio de las personas , a su juicio, la figura del farmacéutico comunitario “bien formado” y trabajando coordinadamente con el farmacéutico de hospital podría dar “un servicio muchísimo mejor y una prestación más completa en todos los sentidos”, no solo en los DH, sino en todos los sentidos. Para que esto sea posible, el presidente de la SEFH ve “importantísimo” que el farmacéutico comunitario tenga acceso a la historia clínica o la información necesaria para hacer un seguimiento adecuado y, mientras se resuelve desde el punto de vista informático, la relación entre los farmacéuticos de los dos ámbitos puede facilitar que el farmacéutico comunitario, con el consentimiento del paciente, disponga de los datos necesarios para poder realizar un seguimiento más completo.

“Yo pienso que debemos coordinarnos igual que se coordinan el médico de familia y el especialista en cardiología para hacer un seguimiento adecuado”, subrayó.

En esta misma línea, apostó por unos protocolos de derivación de la farmacia hospitalaria a la comunitaria y viceversa —en caso de requerirse— pero, para ello, deberán existir criterios de derivación claros que, en el caso de la hospitalaria a la comunitaria, debería afectar a los pacientes que tengan una patología crónica, que su tratamiento sea muy prolongado, que sean adherentes y que estén bien controlados, y que tengan además una necesidades geográficas o sociales que les hagan necesitar esa medicación con una mayor accesibilidad espacial o temporal porque estén muy lejos del hospital o bien porque el horario en el que pueda acudir a esa atención farmacéutica sea diferente a lo que se puede proporcionar en los hospitales.

En este sentido, marcó como margen de mejora de la FH el ampliar el horario de atención vespertina pues, actualmente, únicamente el 35 por ciento de los hospitales atienden a pacientes externos por la tarde. Agregó que esto solo se lo imagina en un entorno colaborativo de pago por servicio, en el que el canal logístico de la adquisición siga como está y, en determinadas situaciones, pactado entre farmacia de hospital y comunitaria, se dé alguna prestación de servicio profesional.

Proyecto piloto

Además, con el objetivo de acercar la medicación a al paciente, la SEFH está trabajando en algunos proyectos piloto explorando las diferentes modalidades posibles. En algunos hospitales se está trabajando en el home delivery, que es el envío de medicación a domicilio y la atención farmacéutica vía telefónica o por telefarmacia, también se ha explorado vía las asociaciones de pacientes y centros de salud, y cada una de las modalidades tiene sus ventajas y sus inconvenientes, por lo que, a juicio de Calleja, sería “una ocasión inmejorable” para comparar la satisfacción de los pacientes y los resultados en salud.

En lo que respecta al trabajo de la farmacia hospitalaria en los centros sociosanitarios, el presidente de al SEFH ve “fundamental” que estos profesionales faciliten la transiciones de los pacientes que tienen ingresos frecuentes. A su juicio, sería oportuno que en los centros sociosanitarios se funcione con los mismos protocolos y las mismas guías terapéuticas que en el hospital de referencia, de ese modo habría menos posibilidad de errores en las transiciones asistenciales que tienen del centro sociosanitario al hospital y viceversa.

En esta línea, apuntó a que las comunidades donde se trabaja de este modo, asociado a los servicios de farmacia, se ha conseguido homogeneidad y una reducción de la variabilidad en la prescripción de los tratamientos y, además, también se consigue un mayor nivel de eficiencia para el sistema sanitario, eso sí, también en este caso contando con la colaboración entre la farmacia hospitalaria y la comunitaria.

Puso como ejemplo el modelo gallego, que lleva muchos años trabajando en esta línea y que ha demostrado una calidad en la atención muy alta, unos niveles de conciliación de los pacientes muy importantes y un ahorro de 770 euros de media por paciente al año.