El presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Juan Ramón González-Juanatey, aseguró que a final de año la sociedad presentará un documento que fijará indicadores de mínimos para el ejercicio de la cardiología en el sistema sanitario. El texto determinará que si se trata de un infarto o de una operación de cirugía coronaria, qué índice de mortalidad debería ser el máximo aceptado o, en el caso de un marcapasos, cuál debería ser el máximo nivel de complicaciones aceptado, y solamente en tres indicadores. El primero y “el más robusto”, mortalidad ajustada por riesgo; el segundo, rehospitalización y; el tercero, la relación con el riesgo de ictus. “Yo creo que ayudará mucho, una vez que ya sabemos cuáles son los resultados, establecer una referencia y decir por encima de aquí no debería ofrecerse cardiología a la gente”, enfatizó González-Juanatey durante su intervención en el encuentro ‘Health Talks’ organizado por Novartis en el Instituto de Empresa.
Se materializa así uno de los propósitos que planteó el presidente de la SEC al ser nombrado: trabajar para unificar la calidad asistencial en la especialidad en todo el territorio español. Cardiología es una de las áreas elegidas por Sanidad en 2013 para buscar junto con las sociedades científicas la mejora de la eficiencia, siguiendo siempre criterios de calidad y seguridad de los pacientes y consensuando unos requisitos de especialización, calidad y actividad mínima para todos los servicios.
En esta línea, añadió que desde la sociedad pondrán en marcha un mecanismo para ayudar a aquellos servicios que tengan problemas con algún proceso a identificar cuál es y la posible solución. Asimismo, a los jefes de servicio se les presentará previamente una comparativa de la posición de su hospital respecto a otros para fomentar un debate interno sobre su calidad y propiciar una oportunidad de mejora. Este documento llevará el logo de la SEC, de la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular y de la Sociedad Europea de Cardiología, además, del aval del American College Cardiology y de la American Heart Association’s y ya ha sido reconocido tanto por las comunidades autónomas como por el Ministerio de Sanidad.
Además, apuntó que hay que acercar a la población la calidad, no el recurso y, para ello, la transparencia es fundamental ya que “si hay grandes diferencias entre comunidades autónomas, qué no será entre hospitales”.
Por otro lado, el presidente de la SEC insistió en que en España ha habido “una extraordinaria desigual penetración de la innovación en fármacos”. Mientras en otras áreas los nuevos fármacos “se han comido el mercado” —por ejemplo los nuevos antidiabéticos representan en este momento el 70 por ciento del total de las prescripciones de estos medicamentos— “todo el foco se ha puesto en las innovaciones en cardiovascular”. En concreto, González-Juanatey incidió en las restricciones que se están poniendo en los nuevos anticoagulantes, “a pesar de que en pacientes prioritarios son muy coste-eficaces”. Instó a reflexionar sobre el tema teniendo en cuenta que, en el caso de la enfermedad cardiovascular, de los más de cuatro años de vida que se han ganado en los últimos 30 años, el 48 por ciento se debe a medicamentos. Por ello, explicó que la SEC se va a posicionar también en este sentido, los profesionales reflexionarán sobre qué es innovación y dirán cómo creen que debe incorporarse al SNS. De hecho, durante este año manifestarán su postura ya en relación a cómo creen que, en algunos ejemplos concretos, debe incorporarse la innovación en equipamientos, dispositivos y fármacos.
El consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, por su parte, abogó por seguir trabajando en favor de la sostenibilidad del sistema sanitario con responsabilidad para que en ningún momento llegue a un “estado de infarto”, del que recientemente se salvó, pero no se sabe si volverá a pasar lo mismo en el futuro.
A su entrada a la consejería, aseguró que la situación era “de preinfarto”, pero comenzaron a deshacerse de “la cultura del gasto excesivo” pues, a su juicio, las decisiones equivocadas provocan problemas a la sociedad en su conjunto, motivo por el cual no se puede permitir que haya gestores irresponsables. “Todas las personas con responsabilidad política introducen mejoras en la sanidad con más o menos diligencia, excepto algunos que la ponen en riesgo”, subrayó Echániz.
Incidió en que en su región están adaptando el sistema a los nuevos retos que surgen a raíz de los cambios en el patrón de enfermar —sin hacer distinciones entre lo público y lo privado, sino apostando por “el que mejor lo haga”— en un momento en el que los que están naciendo vivirán 100 años de media, algo a lo que sólo quienes estén preparados podrán hacer frente correctamente. Y, todo ello, sin desviarse del presupuesto.
Por otro lado, Julio Mayol, responsable de Innovación del Hospital Clínico San Carlos, aseguró que el sistema está actualmente inmerso en “la enfermedad de los costes”, que aumentan incesablemente sin que se incremente la productividad. Esto se debe a la mayor complejidad y superespecialización en los procesos, que provocan que sean necesarios más profesionales y más tecnología para ponerlos en práctica.
A su juicio, el SNS es “razonable”, como también lo son sus resultados. Con este sistema se han hecho muchas cosas pero no se sabe si eran las mejores que se podían hacer porque no se ha medido adecuadamente. Ahora, para seguir avanzando, harán falta personas que planteen ideas desde puntos de vista diferentes, la misión será “crear una masa crítica de gente y de actividades que se dirijan a la innovación”, concluyó.
José Ignacio Echániz, consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha
Tenemos que trabajar en favor de la sostenibilidad para que el sistema no llegue a estar en estado de infarto”
Juan Ramón González-Juanatey, presidente de la SEC
Si hay grandes diferencias en cardiología entre comunidades, qué no será entre hospitales”